“Viviendo en Antofagasta conocí a Mario Villarroel, personaje clave en hacer posible la existencia de una escena local cuando no había nada” – escribí hace un par de años en el blog a modo de anécdota para un artículo que no tenía nada que ver ni con el Hip Hop de Antofagasta ni con el señor Villarroel, pero que hoy me sirve de referencia para hablar de la relación entre estos con justicia. No existen casualidades en esas vueltas de la vida. Recuerdo perfecto el momento, de esos pocos en los que, sin haber planeado algo, te vuelves consciente de que es importante de que estés ahí. Estaba descubriendo una ciudad nueva a través del Hip Hop y su gente, y me vi de pronto muy cómodo en un sofá escuchando hasta la madrugada añejas hazañas relatadas por quien acababa de conocer, pero me recibió en su casa como si fuera un amigo más de la vida. A aquel personaje se le conocía como Dj Q o DirtyQ, productor, deejay y rapero que había sido parte de una legendaria agrupación noventera llamada Demos 3, reconocida como una de las bandas pioneras del género en el norte grande del país, sin embargo, debo agregar que en su caso dicha responsabilidad de abrir caminos no es solo un atributo que condecore el legado de un grupo de comienzos, más bien fue la virtud que le dio su reputación en la individualidad. Dj Q era uno de esos seres con vocación de Hip Hop y esos valores los llevó consigo hasta el último de sus días.
Por Darío Gutiérrez O. (a.k.a. Güissario Patiño).
Deff Company: Un lugar para estar:
Lo conocí en el 2013. Tuve la buena suerte de ser invitado en un par de ocasiones a Deff Company. Así bautizó la base de operaciones donde había estado haciendo historia durante la última década y media. En esa época Mario ya estaba mucho más concentrado en disfrutar su paternidad y en cultivar una impecable vida profesional como psicopedagogo. De su familia y su trabajo hablaba con tanta pasión como cuando recordaba los primeros hitos significativos para la movida Hip Hop de Antofagasta. Sacando cuentas, no debió tener más de 35 años, la edad promedio de la mayoría de las personas que se mantienen vigentes y vitales en la cultura hoy en día, pero casi una década atrás él ya lucía con otro semblante, el de un tipo maduro y experimentado, señales de pertenecer a una de las primeras generaciones que se hacían veteranas dentro del Hip Hop.
Sin embargo, Deff Company siempre fue vanguardia, el lugar idóneo para convertir el presente de cualquier propuesta emergente en un potencial futuro musical. Allí compartimos con referentes de aquel momento que habían dado sus primeros pasos en ese mismo lugar y también con otros que ya empezaban a tramar lo que hoy en día son. Dj Q era una especie de gran patriarca que veía nacer distintas generaciones a las que luego les acompañaba en su camino. Siempre con una sonrisa y adelantándose un par de pasos para repentinamente sorprenderte con su particular combinación de sabiduría y sentido del humor.
A su céntrico hogar llegué por primera vez sin ninguna expectativa, movilizado nada más que por la inercia de la jarana juvenil que no le importa el dónde ni el para qué, pero al salir por ese extenso pasillo que comunicaba su mítica guarida con el exterior, mi sensación era la de haber descendido del árbol más fructífero del lugar y con la satisfacción de llevarme la mejor cosecha entre manos: el conocimiento.
El hombre que siempre estuvo ahí:
Los relatos que escuché a DirtyQ sobre los primeros años del movimiento Hip Hop en Antofagasta estaban llenos de anécdotas sabrosas. Él tuvo una posición privilegiada observando y siendo parte de la historia junto a su grupo Demos 3. Ser principalmente el deejay y productor de la banda no le restaba protagonismo ni voz a la hora de defender su proyecto. No fui testigo de esa etapa, pero me da la impresión de que él era el tripulante fundamental para hacer andar la nave.
Demos 3 se inicia en 1996 y durante esa década autoeditaron los álbumes El Mundo No Bvasta, Poder Oculto y Nueva Era. Este último contó con el respaldo del sello independiente Kalimba, por lo cual pudo ser distribuido en otras ciudades de Chile.
Algo que me quedó muy grabado de su versión de la historia, era la importancia que tenía la presencia de la torre-reloj de la Plaza Colón en la caratula de la edición en cassette. Un símbolo local que de alguna forma ponía la firma de Antofagasta en la discografía del rap nacional que a fines de los noventa se alzaba como potencia de cara al nuevo siglo. No quedaron ajenos de ese fenómeno y alcanzaron a compartir experiencias y escenario con referencias como Rezonancia, Makiza y Tiro de Gracia, además de ganar el Festival de Hip Hop de Antofagasta en 1999.
Tras un periodo de pausa en los primeros años de los 2000, reaparecen con Efecto Delay en el 2003 y acaban su historia con Nueva Sangre en el 2004. La mayoría de estos registros discográficos fueron liberados en las plataformas digitales por el propio Mario en los últimos años.
Como productor, Dj Q no tenía prejuicios ni se aferraba a una única fórmula para su sonido. Siempre fue estudioso y apasionado por el Hip Hop, y su conocimiento lo aplicaba y compartía con sus pares para avanzar en comunidad. Cuentan las leyendas que en Antofagasta él era el único que tenía acceso a encargar estrenos discográficos desde Estados Unidos, y ese privilegio jamás se lo negó a quien lo necesitara. Así también fue uno de los primeros deejays en la Perla del Norte, y esa posición la asumió con generosa responsabilidad. En otras palabras, Dj Q entendió todo.
El 2005 debuta como solista bajo el seudónimo de DirtyQ y presenta a través de Deff Company su álbum Feedback, una pieza que consolida sus búsquedas sonoras como productor, ideas y reflexiones como emcee, habilidades y crecimiento como deejay.
En adelante comienza a edificar su carrera profesional como psicopedagogo. Se mantiene en la música, pero no necesariamente como protagonista. Deff Company fue el lugar que acogió decenas de propuestas emergentes, artistas nuevos sin posibilidades de acceso a un estudio profesional encontraron una solución y un amigo que acompañe el camino. Si bien son varios los trabajos que desde ahí salieron, me inquieta saber cuántos proyectos nunca salieron de esas cuatro paredes. Tresktorce lo rima en la canción “Papas queman” de su álbum Caídos Del Mundo del 2012:
“No todo ocurre en el momento exacto,
Me acuerdo del cassette al disco compacto,
Lo que grabé y no salió de casa de Mario,
Como cualquier sueño nacido en cualquier barrio.”
En YouTube existen al menos tres cuentas que debieron haber sido creadas por Mario Villarroel y en las que se pueden recolectar fragmentos de sus historias en diversas etapas, desde viejas entrevistas televisadas y presentaciones de Demos 3, hasta extractos con avances de los proyectos que en Deff Company se cocinaban.
Como deejay siguió acompañando en escenarios a otros emblemáticos proyectos de la zona, como Ragganjah, Elemento Dual y su amigo El Mandiola, sin embargo, el último proyecto en que se involucró totalmente fue Versus, una propuesta que nace de la unión de Zigma Crew y Angelares, con los que editó el álbum Recnacimiento en el 2019. A lo largo de su carrera también obtuvo varios reconocimientos regionales como músico.
La última vez que vi a Mario fue poco antes de regresarme a Santiago, en febrero del 2014 durante el Festival de Hip Hop de Antofagasta. En esa oportunidad él fue integrante del jurado, y como era de esperarse, cumplió su función como representante senior de la cultura local. Su sabiduría, alegría y criterio estuvo presente y de recuerdo nos quedan un par de postales donde se le ve compartiendo a gusto con sus colegas.
El pasado 19 de agosto las redes sociales de la escena antofagastina de Hip Hop evidenciaban el desconcierto y desconsuelo que dejaba su repentina partida. Mario Daniel Villarroel Castro dejaba de existir a la edad de 44 años. En vida dejó una huella imborrable y difícil de rellenar para cualquier otro zapato. DirtyQ dedicó su existencia a entregar amor y compromiso a las pasiones que mantuvieron ardiendo su llama: familia, psicopedagogía y Hip Hop. De alguna manera, estos tres conceptos siempre se sincronizaron en su andar y las consecuencias de tal esmero reverberan en el vacío que se abre entre los corazones de sus cercanos.
Más que una trayectoria destacable, su trascendencia está en el ejemplo de cómo entendió y vivió su vida Hip Hop. Ahí está la principal enseñanza entre todas las que nos dejó Q a quienes nos cruzamos, aunque sea por unos pocos minutos, en su paso por esta vida. Gracias por el Hip Hop.
Me encantó, graciasssss
Marito amaba la educación, fue mi Jefe y se convirtió en mi mejor amigo. El 12 de agosto fue nuestra última conversación