Febrero de este 2021 llegó con la noticia del cierre de puertas de la sucursal que acogió a la Tienda Kultura Hip Hop, un espacio emblemático y a la vez fundamental para el desarrollo y movimiento de la cultura Hip Hop santiaguina – y por qué no decirlo regional—desde principios de siglo al presente.
Por Darío Gutiérrez O. (a.k.a. Güissario Patiño).
El legendario Hip Hop Shop del edificio Eurocentro no sólo fue una tienda, sino una firma pionera en muchas de sus funciones. De su raíz brotó Kalimba Records, uno de los primeros (si es que no el primer) sello independiente de Hip Hop en Chile. También fue cuna de la mítica revista impresa Kultura Hip Hop, el pasquín de nicho más regular y longevo que se ha visto en Chile, encargado de promover una infinidad de rap underground de la manera más profesional posible, con un compromiso real que atravesaba por lejos las barreras de la conveniencia de su sello. Considerando las condiciones, posibilidades y limitaciones de la época, la amplitud de sus contenidos era verdaderamente completa y fue siempre de menos a más. A mí parecer, su mejor época la alcanzó en sus ediciones del 2006 o por ahí, cuando se animaron con contenidos multimedia. Varias de esas publicaciones fueron fuente de inspiración para mí.
También fueron los fabricantes de la marca de ropa Wildgear que a tanta gente apañó cuando casi ni habían marcas que vistieran y apostaran por esta cultura. Recuerdo ir un día visitar la tienda para pedirle a Marchelo una polera como premio para un concurso que hice. Sin que nos conociéramos, me dijo “elige una que te guste y llévatela”. Ningún color, como bien sabrá mucha gente que fue en la misma a pedir apoyo para alguna tocata o lo que sea. En ese sentido, Kultura Hip Hop para mí fue ese lugar en que se practicaba lo de la Kultura en el Hip Hop.
Antes de Instagram o Facebook, e incluso mucho antes del Fotolog y el MySpace, la red social donde te enterabas donde había tocata el próximo fin de semana eran los flyers que se apilaban en sus vitrinas y que no tardaban en desaparecer. Si estaba bueno el diseño, se pegaba en la pieza. Conservo algunos todavía. Incluso antes de la masividad de los portales o blogs, te enterabas si había nuevos lanzamientos de la escena underground que por aquel entonces se afirmaba simplemente viendo la renovación de sus vitrinas.
Kultura Hip Hop fue un proyecto que siempre me inspiró respeto, principalmente por todo lo que promovía esa fuente de conocimiento que recién pude conocer físicamente el 2004, cuando llegué a vivir a Santiago. En esa etapa quizás ya había bajado la intensidad de su necesidad como sello, pues siempre tuve la idea de que su peak habrá sido un par de años antes, de cuando la descubría gracias al cassette recopilatorio de la revista Kultura Hip Hop y el póster del sello Kalimba que mi mamá me regaló hace unas 20 navidades cuando vivíamos en Temuco. Hasta ahí llegaba esa leyenda de la tienda/sello/revista de Santiago. Imagínate, 20 años atrás, toda una vida sabiendo que existe.
Ver esta publicación en Instagram
Muchos años después, por esas vueltas de la vida, viviendo en Antofagasta conocí a Mario Villarroel, personaje clave en hacer posible la existencia de una escena local cuando no había nada. Se le conoce más como Dj Q o DirtyQ de los Demos 3, quien una vez me recibió en su estudio y compartió algunas memorias sobre su grupo y la ayuda que el sello Kalimba dio a su proyecto, siendo entonces uno de los primeros artistas de regiones que podían publicar un cassette con ellos. O sea que, al mismo tiempo en que a mí me culturizaba indirectamente en el sur, estaban moviendo piezas claves en el desarrollo del Hip Hop nortino, y a puro ñeque y corazón la cosa, porque industria esto nunca fue, menos en esos años.
En mi historia personal, confieso que salté de emoción cuando vi en su vitrina las poleras de La Celda de Bob el día que me apañaron como punto de venta. Lo mismo cuando después me entrevistaron para una de sus revistas en el periodo en que intentaron hacerlas de nuevo, a pesar de que no eran de la calidad editorial que las que me influyeron a mí, pero puedo decir igual que la primera vez que me entrevistaron por mi trabajo fue para la Revista Kultura Hip Hop de la misma forma en que lo han dicho varias de las referencias que tiene este país. Me sentí entre ese grupo selecto. Además Wildgear me apoyó con algunas prendas y hace un par de años Mariella me consideró para realizar una entrevistar a Flor de Rap en una jornada de venta de discos que organizó en su tienda, iniciativa que habría sido un éxito cinco o diez años atrás, pero bien sabía Mariella que ya no hay público de esa calidad y compromiso, y aún así lo intentaba. Por mi parte pude decir con tranquilidad que cumplí el sueño de sumar mi energía con una de las fuentes que me alimentó.
Marcelo Lopehandia y Mariella Oyarzún, sus precursores, no eran precisamente parte de la juventud rapera de aquella época, pero tuvieron la visión y sobre todo la empatía con el espíritu que les identificó y que probablemente no encontraron en otro lugar en ese Chile que se “democratizaba”. En aquel entonces eran matrimonio y se la jugaron con su proyecto pese a todas las consecuencias, así que, asegurar la sobrevivencia de la tienda hasta el 2021 ya es todo un simbolismo de resistencia y lucha desde la independencia frente a un mundo cada vez más digitalizado y socialmente desencontrado.
Fuerza y que Hip Hop no pare.
Se cierra la tienda, pero Kultura Hip Hop es para siempre. El legado de Mariella y Marchelo es para siempre. Crecimos junto con sus hijos, junto a su tienda, junto con la calidad y alcance de sus productos y propuestas, y, sin ir más lejos, ni la separación del icónico matrimonio años atrás fue razón de peso para tirar por la borda tan trascendente proyecto.
La tiendita del tercer piso del Eurocentro que nos esperaba frente al final de las escaleras mecánicas ya no está, pero esa sensación de llegar hasta ella habitará en nuestras memorias por la eternidad, así como en las piezas de su hitoria que resistan en nuestras colecciones. Parada obligatoria de tantas cimarras adolescentes, un espacio que además te permitía sacar la voz tímida si de aclarar una duda se trataba, porque el gran complejo entre la juventud rapera siempre fue poner en evidencia que algo no lo sabías, pero, por alguna razón especial, ese lugar te daba la confianza para manifestar tu ignorancia y preguntar ¿quién es tal artista? o ¿qué disco me recomiendas entre estos dos? Tal vez por la recepción maternal y paternal de sus anfitriones, que te daban seguridad incluso para preguntarle a algún desconocido que estuviese también en la tienda y que te ayude a hacer valer las preciadas y esforzadas inversiones de nuestra adolescencia, sin sentir que te cagaron o no te supieron orientar, como pasaba en otras tiendas especializadas incluso en el mismo edificio. Tal vez en alguna oportunidad tuve un problema con un DVD defectuoso que sin hacerse mayores complicaciones me lo cambiaron. Lo suyo no era el negocio por el negocio, sino acercarte la cultura a tus manos. Me habría encantado que hubiesen sabido adaptarse a una versión digital de todo lo que representa su concepto y legado, su discografía y editorial, así como sus memorias.
Vale aclarar que se cierra la tienda sólo como espacio físico, porque sus productos seguirán vendiéndose de forma virtual a traves de sus redes, como Facebook e Instagram. De igual forma esto es parte de la modalidad actualidad que implica vivir en pandemia, y al menos se preocuparon de darle y aunciar el fin de una era sin desaparecer así como así, lo que sería injusto con la historia, con su historia.
“A nuestros amigos y clientes de toda la vida, gracias por acompañarnos y dar un sentido a nuestro trabajo por más de 20 años. Informamos que no continuaremos en el Eurocentro. Llegamos al final de un período, ahora enfrentando nuevos desafíos, como muchos. No somos ajenos a lo que acontece en nuestro país y el mundo. Pero siempre optimistas y trabajando para seguir creciendo y entregado a nuestros clientes y amigxs nuestros productos con la misma calidad y servicio de siempre.Seguimos online, creando nuevos productos y despachando por diferentes medios.Cuidarse gente y tirar parriba, hay una vida que retomar cuando pase la pandemia.Sólo hay que resistir. Fuerza y que Hip Hop no pare.”
Y si se trata de hacer justicia con la memoria, hace un par de años quisimos rendir un homenaje a esta parte de la historia del Hip Hop en Chile con Mariella Oyarzún, quien llegó a Radionauta Online a conversar sobre lo que fueron esas dos décadas de vivencias. Me acompañó mi amigo Víctor Miced, uno de los más fascinantes coleccionistas de rap nacional que tiene este país. Así que quiero cerrar este texto, que originalmente partió como un post de Facebook que se me hizo imposible de sintetizar, recordando aquella buena conversación que nos dejó Mariella sobre la Tienda Kultura Hip Hop, el sello Kalimba y la Revista KHH. Gracias Kultura Hip Hip, por el Hip Hop y la Kultura.