Resumen Festival de Hip Hop de Antofagasta | Final 2014

Dicho y hecho, el pasado viernes 7 de
febrero se celebró la final del Festival de Hip Hop de Antofagasta en el Parque
Nicolás Tirado, lugar donde se reunieron alrededor de dos mil espectadores.
Presentación de convocatoria abierta, la que de forma positiva consiguió
desmarcarse de un contexto estrictamente rapero, haciendo partícipe a familias
y vecinos del sector, destacando de esta forma la importancia e impacto que
tienen en la comunidad intervenciones de este tipo como vitrina para
disciplinas urbanas que difícilmente encuentran los medios de exhibir y
diversificar su planteamiento. Un papel no menor es el que cumple la Corporación Cultural de Antofagasta en
la continuidad que se le ha dado a este certamen, que con todo mérito cumple
con ser uno de los más importantes del país, quizás no desde el punto de vista
mediático, pero sí en su ejecución; a pesar de que creo que en su misma empresa
por mantenerlo está también la de perfeccionar y si es necesario replantear
algunos conceptos de su formato. Misión de nunca acabar, pero que de seguir trabajando
comprometidamente en su causa, pues permítanme agregar que con toda seguridad
podría hacerse de éste uno de los principales Festivales de la parte sur del
continente.

Por
Güissario Patiño.
Fotografías de Damaris Sedini.

Para este último día fue aún más imponente la infraestructura y disposición del
escenario, sin dudas un auténtico lujo para cualquier rapper. Dueño de casa, Dj Tanke se encargó de recibir a la
multitud y calentar los ánimos con su line up hasta cerca de las 21:15, hora de
inicio del Festival. La animación corrió nuevamente por parte del rapero local Maroh, aunque esta vez con Chico Claudio como maestro de
ceremonias invitado, quien ya había oficiado de tal en este mismo encuentro con
anterioridad. Se hizo la presentación de rutina de los integrantes del jurado,
entre ellos Liseth “Namex” Veniz, Mario “Dj Q” Villarroel, Jorge Santelices y Daniel Barros; quedando fuera esta vez Diego Esquivel por coincidencia de agenda. Sin perder tiempo,
rápidamente fueron llamados los primeros tres finalistas para presentar sus
diez minutos de acto. De esta ronda destaco la interactividad de Murga con el público para explicar su
show, además de la innovación del repertorio respecto al de la clasificatorias
(siendo creo que uno de los únicos en renovar por completo el material). La
preparación y seguridad que demostró una vez más El Mandiola, y la especial entrega y comodidad sobre el escenario de
Trebor Smash y Mc Daman, estrenando en su entrada material exclusivo alusivo al
festival (importante detalle). Predominó el mensaje y la crítica reflexiva en
aquella media hora de competencia.

Para el interludio las miradas y manos en el aire se concentraron en el cypher
de Antofa Flava, la coalición de
breakers antofagastinos. Dj Tanke
soltaba el breakbeat con el que cada integrante intervenía el círculo para no
hacer otra cosa sino que dejar en lo alto el nivel local. En seguida Chico Claudio nos deleitó con una de
sus reconocidas exhibiciones de beatbox, acaparando toda la atención y
asegurando el clímax del ambiente para lo que restaba de jornada. La
competencia continuó con el reggae de Serone;
seguido de la notoria producción y diversidad que ofrece un grupo como Buena Mierda, armonizando en un mismo
concepto tendencias que van desde el rock hasta el funk, todas encontrándose en
las líricas raperas. Los últimos fueron Enrapushados,
claro que a plantel incompleto debido a un accidente que días previos dejó en
el hospital a Mario Rojas, llevando
sus compañeros la consigna “Fuerzas
Marito”
estampada en las camisetas. Inevitablemente la ausencia se hizo
notar.

En poco tiempo el jurado hizo su
deliberación, mientras los breakers de Antofa
Flava
compartieron una segunda y más breve demostración. Miembros del
jurado también hicieron lo suyo en el escenario; éstos fueron Namex y posteriormente Jorge Santelices con su grupo SantaKrú. Chico Claudio retomó el micrófono e invitó a todos los
participantes al escenario para anunciar el veredicto, agregando antes las
palabras: “No he visto esto en ninguna
parte, en ningún lado hacen un Festival así”
, recalcando la importancia de
mantener este tipo de espacios. Se recompensó a las agrupaciones Fuck Rock y Freaky Flavas con $500.000 para cada una por haber sido las únicas
dos en entrar en competencia para la categoría de break dance. Enrapushados consiguió el tercer lugar
de la competencia de rap, llevándose el premio de $250.000; El Mandiola el segundo con $400.000,
siendo finalmente Serone el ganador
del Festival, llevándose el premio mayor de $600.000. La final se coronó con la
interpretación de uno de singles de Serone  y luego un freestyle de Maroh respaldado por el beatbox de Chico Claudio.

Fue la primera vez que asisto a este
Festival. A decir verdad, no dejo de sorprenderme con la puesta en marcha de un
proyecto tan caprichoso, una utopía en cualquier otro punto del país, sobre
todo en región, pero como dije en un principio, creo que aquí hay mucho más que
explotar teniendo a favor los medios y el presupuesto. Fácilmente el Festival de Hip Hop de Antofagasta
podría convertirse en un cortejo nacional, e incluso continental, y de la misma
forma su nombre tiene que ser reconocido como uno de los principales escenarios
chilenos. Seré honesto en decir que no me gustó la competencia, por lo que
tampoco quedé conforme con los resultados, y no pasa por un tema de gustos
personales, sino de ser estrictos y hablar las cosas como son entre raperos. No
veo posible una concepción de criterios de evaluación de un Festival de Hip Hop
de la misma forma con la que se juzgaría un Festival de la Voz. ¿Dónde quedan factores
como la métrica, el contenido, la inteligencia, el lenguaje, los punchlines y
los skills? En estos términos eché de menos mayor rigor en la evaluación, pero
de todas formas siento que no vale la pena profundizar en esos detalles, sino manifestar
un punto de vista basado en el mal enfoque que considero se le está dando a una
vitrina como la de dicho Festival, a través de un formato tan obsoleto y poco
producente para el Hip Hop como lo es la competencia. Entiendo que se debería entonces
reinvertir ese mismo presupuesto y energía en una celebración
multidisciplinaria que aborde el Hip Hop en su fundamento, el cual intervenga, conmocione,
eduque y unifique a la comunidad. En esta materia hay mucho de donde podemos
aprender, destacando principalmente las experiencias que han beneficiado en los
últimos años a la escena colombiana, quienes, entre otras cosas, han
posicionado el Festival Hip Hop Al Parque
como uno de los escenarios más respetados del mundo. Chile es uno de los
principales países productores de Hip Hop para América Latina, pero
internamente nuestro movimiento se estanca en propuestas de espectáculos predecibles
y lucrativos, la mayoría concentrados en Santiago, sin embargo, veo en el Festival de Hip Hop de Antofagasta una no
mejor oportunidad para hacer converger el bruto del arte nacional e integrar el
internacional, descentralizar el Hip Hop y entregarle espacios de encuentro e
interacción, pero para esto es la misma escena local la que debe tomar
protagonismo en su dirección y no desentenderse. Viví siete meses en esta
ciudad, y si de algo puedo dar fe es del deslumbrante potencial que tienen sus
raperos en las diferentes ramas. Aquí me contacté con cada graffiti de sus avenidas
y esquinas, escuché con atención a cada emcee de las tocatas de barrio a las
que pude asistir, y aluciné en cada una de las oportunidades que tuve de ver a la
gran familia de b-boys; créanme que teniendo de su parte todos estos elementos,
Antofagasta ya debería pensar en ser anfitrión para otros grandes exponentes de
otros puntos del mundo. Bueno, es tan sólo mi opinión.

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