CONCIERTO DE FUNKDOOBIEST EN CHILE

Se me hace difícil, por no decir imposible, recordar
alguna otra fiesta rapper de Santiago
que se haya regodeado con una promoción tan cabrona como la del pasado sábado 6 de julio en el Teatro La Cúpula del Parque O’Higgins.
“Projevash trae a Chile a Funkdoobiest” era la afirmación que circuló de
distintas formas por toda la ciudad durante los últimos dos meses. Publicidad
en prensa, afiches, flyers, stickers, promociones exclusivas en bares, e
incluso gráficas en la locomoción colectiva… todo con tal de asegurar que la
visita de uno de los grupos emblema del rap de Los Angeles sea un
acontecimiento imperecedero en el historial de conciertos hechos en casa. De
seguro la productora Projevash quería
asentar una diferencia con esta jugada y lo consiguió, pues con ansías y
especulación se esperó la llegada de aquel día en que los nostálgicos del rap
de los noventa volvieran a tener un punto común de encuentro. Una convocatoria
marcada por las generaciones de las poncheras y las entradas de pelo más
pronunciadas, del rapero padre, esposo, o incluso el rapero separado, ese que
también puede llegar en su propio auto si lo prefiere… el de la escuela que sí
se sabe el origen cada canción que suelte el deejay; generación que por lo demás contrasta intransigentemente
con el público efervescente al cual apuntan la mayoría de los eventos de hoy en
día, pero que demostró esa noche mantenerse con una vigencia igual o superior a
la del rapero sub-20. Un tapón de bocas quizás para ellos mismos cuando hablan
de que el Hip Hop está muerto mientras miran con ojo ajeno la exaltación de su
contraparte, ratificándose eso de que a nadie le falta dios. Y bueno, así fue
como más o menos estuvo la cosa…
Por
Güissario Patiño.
Fotografías de Damaris Sedini.

La apertura de puertas estaba anunciada para las 22:00
horas. Se puede decir que el concepto de “fiesta + concierto” se logró a
cabalidad. Era un carrete masivo, desde la entrada al Parque O’Higgins, los
alrededores de La Cúpula, así como
los diferentes ambientes en el interior de esta. Una pieza de graffiti realizada
por Fisek (Stgo.Under Crew) con motivo alusivo al grupo invitado le daba el
recibimiento a los poco más de mil seiscientos
asistentes reunidos en el teatro
. En el
escenario mismo estaba Dj Memodirty soltando
los clásicos de rutina junto Search
como maestro de ceremonia, intentando amenizar el ambiente para la gente que
prefirió asegurar desde temprano su lugar para el show posterior y los que se
incorporaban. Cerca de las 00:30, cuando por fin se veía menos vacío el local,
fue anunciado el primer invitado de la jornada: Búfalo Dit fue el
encargado de dar cara al exigente público que ya empezaba a cansarse de la
antesala, pero no llegó solo, le acompañaron en escena SLC, Dencko e Israel Flores desde las tornas. Tenía ganas por conocer algo de lo nuevo
del emcee de Independencia. Me lo encontré antes de entrar al teatro y cruzamos
un par de palabras sobre su próximo disco, El Hijo De La Gran Búfala, el cual las
expectativas lo hacen cada día más prometedor. El inicio de su show fue
estridente en sonido, bordeando lo desagradable, pero de acuerdo a su
desarrollo fue suavizándose (el telonero como caballito de batalla para las
pruebas de sonido sigue siendo un karma). La puesta en escena fue gorda, sobre
todo por la buena química demostrada entre Búfalo
y SLC. La rutina avanzaba vivazmente,
con pocas pausas entremedio, y si es que las había eran parte del hilo del
mismo show. La escuela se imponía y así con facilidad atraía la atención de los
que se mostraron reticentes en un principio. “Rock al viento”, “Ese
no era yo”
, “Apuesto el doble”, “Cuento”, “Te va a doler” y “Tú
no nos ves”
fueron sólo algunas de las canciones que incluía el
repertorio, en el que SLC también
intervino con un par de creaciones suyas. En total habrán completado unos
veinticinco minutos de buen espectáculo compartido, siendo Israel Flores otro factor importante para definir ese positivo
resultado. Búfalo consiguió
despedirse con aplausos, aunque creo que de no haber sido por la mala jugada
del audio la aprobación se habría multiplicado.

 

Tras lo último, el anuncio de la presentación de RawCorp no se hizo esperar. Éstos
fueron recibidos con un poco más de ruido por parte de la audiencia, y por lo
demás con un sonido más parejo. “Metío en la volá”, “Corre
hijo”
, “La corporación Raw”, “El guardián del subsuelo” y “Norte
de Santiago”
, calaron con fuerte presencia entre la audiencia, quienes
consentían cada aparición de Bernardo
Montes
, Cabro Ernesto, Dj Pologro, pero por sobre todo de SQB. Para “Sigue siendo crudo” invitaron a Marea al escenario, mientras que para “La búsqueda” el mismo Bernardo
Montes
reemplazó al venezolano Little Supa. RawCorp hizo lo suyo con mucha comodidad y confianza, su show
transmite fielmente el cuánto se conocen sobre la tarima y de la misma forma
siguen sumando las conquistas de quienes se han dejado convencer por el nivel
de su directo. Casi a media hora de show se tradujo una rutina bien pensada,
dinámica y de necesarias variaciones en su curso, que no necesitó de más
recursos para acabar impresionando a los presentes

Posterior a eso vino un interludio gigante que Dj Atenea tuvo que desafiar. No le fue
del todo bien con su repertorio, que por cierto era demasiado diverso. Le tocó
rellenar una ventana difícil y Search
hizo lo posible por alivianarle la carga. El público quería rap, quería a Funkdoobiest en el escenario, mientras
que Search insistía con un discurso
que tampoco le encontré mucho sentido, referente a demostrar respeto solo por
ser mujer. Creo que sea quien sea quien haya estado detrás de los platos
hubiese corrido con la misma suerte de Atenea,
es parte del juego, y en este caso le tocó a ella lidiar con la impaciencia
causada por ese largo paréntesis. Ante eso, no había clásico que calmara la
espera, como tampoco la particular voz de Search
ayudaba mucho en lograr esa misión. En eso, el animador confirmó que finalmente
los invitados habían llegado al recinto y comenzó a prepararse el escenario
para recibirlos.

Gracias a la conferencia de prensa del día anterior se
sabía que Funkdoobiest no había
llegado a Chile a plantel completo. De hecho, solo Son Doobie lo hizo, pues
Tomahawk Funk ya no es parte de la banda (otra vez) y Dj Ralph M estaba imposibilitado para salir de su país por quizás
qué motivos. Lo acompañaron en este viaje Juan
Baraja en las segundas voces, Brett Bouldin en los platos y Sean
Bouldin. El show partió con la
presencia del latino Juan Baraja con algunos tracks que
entibiaron el ambiente, pero todo se revolucionó cuando Son Doobie por fin
apareció en escena.

No sabría definir con claridad qué tipo de show fue el que
presentó Funkdoobiest en Chile. Era
un híbrido que se tornaba confuso entre recurrentes descansos, cambios de rol
del deejay al micrófono, y que entremedio hacía sus interludios soltando himnos del rap como tributo a los grupos de la llamada “golden era” (?), mientras que Sean Bouldin entraba y salía del escenario sin explicar si su función cumplía una labor específica en el acto.
No sé, fueron quiebres que afectaron el hilo de la presentación y le hicieron
perder la fuerza que por sí sola debió haber mantenido en todo momento. Sobre
la esencia misma del espectáculo, es decir, el formato tradicional del emcee
interpretando sus creaciones, puedo decir que Son Doobie se mostró
enérgico e histriónico desde el principio, pero su capacidad claramente no era
la misma, el tipo tiene varias décadas encima y cada cierto tramo de no más de cinco
canciones al hilo debía hacer una pausa y volver tras bambalinas, seguramente
para recuperar fuerzas con la ayuda del maestro Karin, a quién le importa. No
era difícil hacer vibrar al público con el repertorio de una carrera en la que
tres cuartas partes de las canciones son consideradas clásicas, la aprobación
era inmediata ante los primeros loops,
principalmente de aquellas inmortales producciones de Dj Muggs. 



“Pussy
ain’t shit”
, “Superhoes”, “Bow wow wow”, “The funkiest”, “Dedicated”,
“Rock
on”
, “Lost in thought” y “Wopbabalubop”; fueron jugadas que
claramente no iban a quedar fuera de esta remembranza generacional, donde Son Doobie disfrutó de su espectáculo entre saltos y cómicos pasos de
baile, de la misma forma en que debajo del escenario se formaba una gran masa
que saltaba y coreaba sus interpretaciones. Parecía no importar que el estelar
no esté en su máxima condición en los rapeos o que el aire se le haya ido consumando
conforme avanzaba su show, sólo tenía sentido el estar ahí, vivir esa tan
soñada fiesta del Hip Hop y hacer notar el agradecimiento de un público hacia
una influencia de la que jamás se pensó que pisaría tierras nacionales. Claro
que, sin siquiera haber completado una hora de directo, abruptamente se despide
del público santiaguino y junto a sus colaboradores se retiran del escenario. El
desconcierto fue unánime y la reacción se hizo automática. Entre pifias e
incluso un botellazo hacia el escenario se exigía el regreso de la banda.
Search reapareció y reclamó que se tranquilicen
las energías, mientras tras bambalinas la organización también pedía el retorno
a escena de los extranjeros. El público era concreto en pedir que al menos el
show se corone con el hit “The anthem”, pero a duras penas tiraron una más y rápidamente volvieron
a despedirse, no sin antes expresar el tremendo agradecimiento que tenían por
el buen recibimiento durante la jornada.

Evitando extender más la extrañeza colectiva, Dj B-Ese no tardó en tomar su posición en
las tornamesas y Search anunció el
inicio de la última patita de la fiesta. Hasta esa instancia se quedaron solo algunos,
la mayoría prefirió abandonar el lugar y quedarse con la sensación de que al
menos el show en sí fue lo que se esperaba, porque pensándolo bien, no había
mucho más por qué ilusionarse sino de la instancia misma de estar ahí. Sobre
todo lo ajeno al espectáculo no hay nada que añadir. Así como me referí en las
primeras líneas a la dedicación de la productora con la publicidad, también eso
se reflejó en el evento mismo. Pantallas led en el escenario, visuales,
seguridad reforzada, buenas alternativas de bebidas y rapidez en la atención de
la barra, entre otros tantos detalles que hicieron de su misión un completo
éxito… solo queda esperar que el balance haya sido positivo, las cifras azules
y que haya una tercera entrega de Projevash
que logre un impacto creciente como lo ha sido con sus dos propuestas
realizadas a la fecha.

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