Esa tarde, Ruzica Flores me esperaba estacionada en una gasolinera frente a la estación de metro. No era tanta la distancia hasta su casa, pero el trayecto fue lo suficiente para que sintonicemos y fluyera una de esas conversaciones sinceras y no incómodamente rutinarias.
Recuerdo que le pregunté por la música, no precisamente si se venían cositas, si no cuál era su relación actual con ella. Sentía curiosidad, pues, para mí, lo que Ivania hace dentro del género del rap, y la música nacional en general, está entre mis primeras preferencias, básicamente por la entrega y originalidad que hay en cada propuesta. El rap existe en la esencia de su música, pero no es sólo letra y flow, estética y discurso, sonidos y fórmulas. El rap que encarna Ruzica Flores es también emoción, silencios, miradas, respiraciones y una erupción de sentimientos que estallan desde lo más hondo de sus propias vivencias. Uno quisiera oír siempre nuevo material de su autoría, pero no debe ser tan sencillo como escribirle letras a un puñado de beats y lanzar un nuevo disco. Lo de ella va más allá, por eso también uno quisiera que esas imprescindibles modalidades creativas, que habitan más en los procesos personales que en pensar en la mejor receta hacia el éxito, se compensen de tal manera que la artista pueda autosustentarse creando sin depender de un sueldo ni entregarle la parte viva de la vida a una empresa, que fue lo que entendí de su estado actual en esa breve plática de “Taxicab Confessions” que nos pegamos esa tarde antes de llegar a Pupila Negra Estudio.
Me parece que artistas como Ruzica Flores dependen mucho de los factores que le rodeen antes de plantearse cualquier idea nueva a concretar. La presión para ella no es sacar material para mantenerse vigente o para abrir una posible fuente de ingresos, a ella la mueven los desafíos, lo no dicho ni hecho hasta ahora, muy del estilo de las obras que protagonizan su impresionante colección de vinilos, que van desde Funcrusher Plus de Company Flow hasta El Madrileño de C. Tangana, y ese exigente tránsito puede contener dentro muchas etapas de silencio e incluso bloqueo, una constante guerra interna para llegar al momento de la verdad y demostrarse a sí misma de qué está hecha.
A mí al menos me sorprende desde su renacer en el 2018 con Ataraxia, y a partir de eso ninguno de sus estrenos o conciertos ha desteñido en nivel, al contrario, siempre resulta una experiencia diferente, entonces, cuando hace algunas semanas me habló para coordinar una reunión junto a Cameio y contarme lo que tramaban, sentí que no podía dejar la oportunidad de presenciar otro más de esos milagros esperados.
Por Darío Gutiérrez O. (a.k.a. Güissario Patiño).
Agradecimientos a Agencia Mingala.
Almas al desnudo:
Cameio es el alter ego como productor musical del creador Felipe Bribbo, a quien me presentó una mañana Ivania mediante una reunión por Zoom. Las exploraciones e intenciones de Cameio navegan en aguas similares a las que llevan a puerto las ideas de Ruzica Flores, es decir, apuestan por lo desconocido y lo que digan las pulsaciones del corazón.
A pesar de ya haber plasmado sus exploraciones en producciones para diversos artistas de la escena independiente, como Kinética, Jirafa Ardiendo, Corderolobo, El Juan, José y El Toro, la madurez y convicción necesaria para realizar su debut personal se materializa hoy con TOSKA, un EP conceptual de tres canciones que se lanza en medio de la conmemoración del estallidos social en Chile, en un contexto sociopolítico sensible, apostando para su estreno todas las fichas al conmovedor vídeo clip del sencillo que da título a la obra, realizado por el connotado realizador NJ López.
“Toska es un engendro que vive hace tiempo dentro de todos nosotros, pero un día de octubre nos lo encontramos de frente y nos mostró la realidad. Se nos apareció protestando, sintiéndonos parte de algo. Con NJ teníamos la piel de gallina ese día, podíamos sentir que Toska, aún sin nombre y forma, era transversal a todos nosotros. Nació cómo un sentimiento y días más tarde se convertiría en una idea, en la intención de levantarnos y lanzar la piedra desde nuestra vereda. Sabíamos que no podía ser instrumental, no podíamos dejar fuera las palabras que teníamos para decir. Ahí fue cuando el álbum Ataraxia de Ruzica Flores sonó de fondo un domingo rompiendo el aire: “Vamos a quemar esta maldita ciudad”. Ahí me di cuenta que Ruzica debía ser la voz para el proyecto” – Cameio.
“Cuando Cameio me escribió, no tenía idea de lo que venía. Me contó que estaba trabajando en un proyecto musical y audiovisual y que le hacía falta la voz. Siempre acostumbrada a trabajar con amigos, esta vez me abrí a la posibilidad de oír algo nuevo, ni idea por qué. Quizás me mostró una convicción tal, que podía sentir su pasión cuando lo leía. En un modo muy pandémico y virtual empezamos a conversar a diario sobre cómo plantearnos dentro de la escena, o bien, como yo, a través de la lírica, podía expresar todo lo que tenemos dentro a punto de explotar. Leímos, escuchamos y estudiamos mucho. Nos inspiramos en Albert Camus, Billie Holiday e incluso en el monje busdista Thich Quang Duc. Comencé a escribir con esa rapidez con la que fluye un río, como una especie de vómito contenido, pues el alma de Toska era eso. No saber lo que siento realmente, pero sentirlo. Vivirlo, gritar, llorar, doler, tomar una decisión. Inmolarse, prenderse fuego, para luego pasar a la calma. La ansiada paz, que tampoco sabemos si existe, pero que al menos vive latente en el imaginario” – Ruzica Flores.
“Toska es la banda sonora de nuestros días, del colapso de un sistema que margina, empuja y presiona”.
En palabras del escritor ruso Vladimir Nabokov, ningún vocablo del inglés o del español traduce todas las facetas de TOSKA: “En su sentido más profundo y doloroso, es una sensación de gran angustia espiritual, a menudo sin una causa específica. En el aspecto menos mórbido es un dolor sordo del alma, un anhelo sin nada que anhelar, una añoranza enferma, una vaga inquietud, agonía mental, ansias. En algunos casos podría ser el deseo por algo o por alguien en particular, la nostalgia, una pena de amor. En su nivel más bajo, se reduce al hastío, al aburrimiento”.
A partir de esta premisa el autor encuentra la inspiración para llevar a cabo su propia idea del concepto, trabajada en conjunto con el director NJ López, quien, mediante la narración de su vídeo clip, busca exponer los límites del dolor y pesar de todo un país a través de un personaje que, metafóricamente, recorre un callejón sin salida, llegando a encontrarse a sí mismo en la oscuridad y marginalidad a la que se vio empujado, como espectador y cómplice de las atrocidades que nuestro sistema permite. Ruzica Flores es quien pone voz a esta sensación a través de una lírica incisiva y contestataria, representando así el sentir de un país dañado y reprimido.
“Toska vino a remecer y tensionar. Es una obra potente, delirante y que eriza la piel. Es directa y no tiene vendas. Estoy feliz y agradecida de ser la voz, de poder sacarme lo oscuro y transmutarlo en canción, esperando haber sido respetuosa con quienes sienten y viven atrapados en su interior, pensando en que llegará el día en que no podrán más.” – Ruzica Flores.
En poco más de cuatro minutos, la obra mezcla Hip Hop y sonoridades propias de la instrumentación orgánica del jazz manipuladas electrónicamente para culminar en un trap oscuro hecho de bronces. El single además cuenta con la participación de Sebastián López (Jirafa Ardiendo) en batería y Franz Mesko en saxos. Fue grabado por Nicolás Vilaxa en Estudio Inmontauk y Charly Humos en Pupila Negra Estudio, mezclado por Andrés Abarzúa y masterizado por Chalo Gonzalez en estudio La Salitrera.
“Todos buscábamos lo mismo, crear algo a partir de una idea y no de una letra, un acorde o un beat. Crear un ambiente lo suficientemente tenso para que el mensaje resuene, que el bajo mantuviera un pulso sin descanso, que los bombos golpearan como si fuese una taquicardia, que los bronces cantaran un funeral y que todo culminara en un estado de resolución, solemne y oscuro. Cada capa se fue desarrollando casi de forma viva, buscando incorporar muchas energías externas. Así, Toska fue creciendo y se convirtió en una foto de todos nosotros, del colapso de un sistema que margina, empuja y presiona. Y una forma de entregarnos al servicio de una voz más grande, devolviendo una obra que nació sin dueños, y que siempre estuvo ahí, esperando para despertar.”
El EP de Toska está disponible en todas las plataformas digitales y la obra cuenta con el trabajo de Sergio Castillo Sánchez en la dirección de arte. El impresionante y cinematográfico vídeo clip fue filmado por NJ López en los galpones de la ex fábrica textil Sumar y parte del arte estuvo a cargo del artista nacional Caiozzama, quién contribuyó con su obra en el diseño de la locación.