Pagano nace el 2013 como proyecto musical conformado por artistas de muy diversos ámbitos. En las programaciones, grabación, voces y textos está un pintor muralista, Miguel Ángel Kastro. Continúan la formación los gemelos García, Miguel (textos, voces, guitarra) y Jorge (bajo), quienes también forman parte del proyecto metal punk Alavena. En percusiones y batería está Eric Astudillo, ex baterista de la banda de metal raíz Chaicura. Cierran la formación los guitarristas Isak Pérez (Los Reyes del Demo) y Carlos Contreras, guitarrista de  variados proyectos, entre ellos la emblemática banda chilena de thrash metal Squad. Desde sus orígenes, la banda se mantuvo dando a conocer su trabajo dentro de un circuito musical alternativo, especialmente en Puente Alto, comuna de donde son oriundos la mayoría de sus miembros. En agosto del 2017 recuerdo que me escribieron para compartirme Litomancia, su primera publicación oficial, un registro de cinco tracks bastante interesante, debo decir, que en aquel entonces todavía se presentaba abiertamente como una agrupación de rap. En aquella etapa contaban con la participación del siempre lúcido Israel Flores en las instrumentales y scratches.

La apuesta de Pagano responde a cinco años de búsqueda identitaria. Hoy, si es por recurrir a una etiqueta, post rap sería la más apropiada para hablar de lo que hace este grupo. Religando Lo Arrebatado, en rigor, su segundo álbum, refleja el eclecticismo de una banda cuyos integrantes hablan de Vangelis, Talking Heads y XXXTENTACION a la hora de enumerar algunas de sus referencias musicales. Nombres que no precisamente uno espera juntos, citados por un grupo que en ningún minuto del flamante disco se ajusta al marco de lo previsible. De atmósferas envolventes, sombrías y nostálgicas, este trabajo une misteriosamente el trap, el rock, y la electrónica, aromas principales que se van desplegando y fundiendo sutilmente en cada escucha.

De gran densidad conceptual, Religando Lo Arrebatado aborda temas de alta esfera: “Se llama así porque gira en torno a la tesis de que el hombre posee un vacío. Nos quitaron algo y la vida es la búsqueda de eso que nos falta”, explican. En el disco, cada canción se suma a la anterior hasta armar un gran relato acerca de la vida y de la muerte.

La producción musical de la placa estuvo a cargo de la propia banda y el disco fue hecho entre octubre de 2017 y noviembre de 2018. Mezclado y masterizado por AmRamdom.