El tren de la victoria de Movimiento Original: Revive su presentación en el Festival del Huaso de Olmué.

El tren de la victoria de Movimiento Original: Revive su presentación en el Festival del Huaso de Olmué.

 

La primera vez que oí a Movimiento Original, flashé. Fue cuando mi hermano theDOMIN51 me envió por MSN el tema “Valle central” apenas éste salió en aquella primavera del 2007.  Yo estaba en el trabajo y no podía dejar de escucharlo. A los pocos días apareció para mi cumpleaños con un CD pirateado de aquel fundamental Acertijos de Aerstame & Dj See All, pieza clave en la historia contemporánea del rap chileno, que personalmente me cautivó e invitó a mirar qué estaba pasando en nuestro propio país,  y que, diez años después de su lanzamiento, ya habiendo documentado en este espacio buena parte de esa historia en la que me adentré gracias a ése y otros títulos, tuve la suerte de analizar y discutir con su autor en esta entrevista. Me debía ese gustito. Mi cariño por ese álbum creo que viene a que traía algo fresco y maduro para aportar a los aires que renovaban el underground de la época, y entre eso eran bien recibidos un par de tracks que presentaban masivamente el proyecto de Movimiento Original, que por aquel entonces Aerstame compartía junto a Stailok y Semillah Skillz. Fue el mismo 2007 en que se lanzaban discos angulares como E.L.H.Y.L.D. de Hordatoj, Dos de Gen, Lanza Internacional de SLC o Poblacional de Salvaje Decibel. El rap nacional comenzaba a disparar hacia terrenos concretos para cimentar las bases de su nueva era, y Movimiento Original aparecía como una atractiva propuesta que mezclaba lo combativo de su mensaje con pegajosas melodías de influencia rap reggae. Ese mismo año lo cerraron presentando su Demo 07 con cinco canciones originales, proyectándose, así, como la gran promesa para el 2008 tras el anuncio de su primer larga duración. Recuerdo que, en la víspera, mi primo me decía que las expectativas para ese trabajo podrían compararse al hito que marcó Ser Hümano!! de Tiro De Gracia una década antes, y creo que, manteniendo las proporciones, tenía mucha razón, pues no había desde entonces una revelación nacida desde el barrio que se perfilara a un plano más comercial con su debut. Y lo de comercial es un concepto errado con el que hemos tenido que saber madurar, entender y convivir desde nuestros fundamentos cavernarios, porque, que un grupo venda, no necesariamente significaba que fueran unos vendidos. Y esto me lo pregunto diez años después: ¿Qué de malo tenía que un grupo que se dio a conocer en tocatas de gimnasios y multicanchas su música les diera la opción de llegar a las radios y otro tipo de escenarios? ¿Qué tan malo había en que, después de casi una década de desentendimiento con la industria musical tras la experiencia con los sellos multinacionales a fines de los noventa, el rap chileno quisiera volver a profesionalizarse y esta vez gracias a sus propios méritos y gestiones? Finalmente, ¿qué tan terrible era que un grupo quisiera hacer la música que les saliera de los huevos y no la que a nosotros nos pareciera la que debiese ser la correcta?

Por Darío Gutiérrez O. (a.k.a. Güissario Patiño).

Desde Pudahuel al mundo entero.

El 11 de noviembre del año 2008 es lanzado en formato físico el álbum Soldados Del Ghetto, la primera referencia editada de Movimiento Original. Recuerdo la fecha bien. Esa misma tarde le compré el CD por tres lucas a Dj Acres afuera de la tienda Rudeboys del Eurocentro (así me ahorraba los quinientos del recargo) y me fui directo a casa para tasarlo, activando “Mostrar lo estoy escuchando” en el MSN para darle color y enviar los tracks vía transferencia a quienes los pidieran, entre ellos a Utópiko, beatmaker responsable del principal sencillo: “M.O.”. Si bien no había pasado siquiera un año desde que M.O. alzaba su mano y voz con su debut, parecía que hubiese sido mucho más tiempo el contenido en ese primer periodo. Su nombre aparecía hasta el cansancio en flyers, conciertos, colaboraciones, noticias y entrevistas. Además, la banda sufrió sus primeras transformaciones: Semillah Skillz quedaba fuera del grupo mientras se incorporaban Mc Piri y Dj Acres. Con ese plantel oficializaron su irrupción en la escena. Pese a las expectativas que había para este primer álbum, en lo personal –y creo que lo fue así para muchas personas—, siento que no convenció tanto desde el punto de vista rapero. Al menos si lo que se buscaba era un punto de comparación entre el anterior disco de Aerstame y esta nueva entrega, que por lo demás incorporó poco repertorio inédito y recopiló muchos de los singles ya conocidos, incluso los del demo. E insisto, fue una apreciación desde el juicio rapero más estricto, pues su salida coincidió en un 2008 fructífero y determinante para la escena nacional, donde puedo señalar lanzamientos como No Me Olvides Tan Pronto de Mente Sabia Crú, The Real Shit de Gran Rah, Modo Experto de Macrodee, Déjate Llevar de Marea & Dj Dieps (hoy Redmist), La Leyenda Del Dragón de Emoneskillz, Asinomah de NueveDoz, Nosecuenta de Elbuskapalabras, Recicle de Mc Unabez, Más Abajo de Liricistas, Looplife de Utópiko & Metafora, Respira de Frainstrumentos o Brócoli Cutz de Maldito Fen. Y estos serían sólo algunos títulos de Santiago, siendo mezquino con lo que también estaba pasando en regiones. Como verán, la oferta del catalogo underground era mucho más amplia y competitiva que en su año anterior, editándose otra buena porción de puntas de lanza para la escena que seguía autoconstruyéndose. Aquel 2008 fue un año crucial para el recambio generacional de la movida, que comenzaba a dejar atrás nombres como los de Zaturno, Jimmy Fernández, Calambre o Margihuanero para el teloneo de los conciertos internacionales, para incluir en sus parrillas parte de esta sangre fresca para un público que exigía a gritos una mejor representatividad, siendo Hordatoj y Movimiento Original caballitos de batalla fieles en esa etapa de transición. Pero, discos autoeditados como los ya mencionados, nos hablaban de un rap chileno que anhelaba tocar terrenos más cabezones y agudos. Mantoi (Elbuskapalabras) nos volaba la cabeza con su existencialismo y dominio de las letras, rompiendo satisfactoriamente estigmas de la época de que el rap sólo podía curtirse en barrios populares, mientras que Emone abría portales a la conciencia plena con su revolucionaria espiritualidad que se desentendía incluso de sus propias amistades y proyectos, como Cuarto Universo y Family De Mc’s. Mente Sabia Crú y Macrodee, desde sus respectivas trincheras, proponían un discurso ortodoxo sobre el underground y la necesaria llegada de esta nueva escuela que representaban, con fundamentos propios y a través de atractivas propuestas cuya calidad nada tenía que envidiarles a trabajos de mayor presupuesto. El rap en Chile reformulaba sus principios, pero el terreno aún era reducido y muchas de estas propuestas chocaban entre sí, al mismo tiempo que productores como Utópiko y Metáfora se la jugaban por incluir toda esta variedad en un álbum doble como Looplife, e incluso, cual Moisés, meter a esta fauna en un par de buses rumbo a Valparaíso para inmortalizar un lanzamiento como el realizado aquel 5 de octubre del 2008 en la discoteque El Huevo.

En todo ese nuevo entender, el éxito que alcanzó un grupo como Movimiento Original, cuya fórmula destacó más por lo melódico que por el liricismo que en ese mismo período destilaban las propuestas de sus colegas, no fue del todo bien recibido por la todavía convencional estructura de la comunidad de Hip Hop en Chile. Y, claro, costaba aceptar que un grupo nacido del underground sean los primeros en alcanzar el millón de reproducciones en Myspace, tengan presencia en los principales conciertos de la época, e hicieran la evolución de una simple presentación al montaje de un show vendible y aplicable a cualquier escenario, no sólo a fiestas y tocatas de rap. Así como pasó a fines de los noventa con Tiro De Gracia, Movimiento Original también pagó por atreverse a salirse más allá del origen, experimentar con diferentes influencias en el sonido o plantearse una forma más profesional de hacer las cosas. La única tradición que se mantiene hasta hoy en el rap en Chile es eso de ver como amenaza aquello que brilla y que sentimos que no nos está representando, y, en una explosión creativa como la de la época, donde el rap hecho en casa agarraba un segundo aliento tras años de letargo en la primera fase de los dosmil, que aparezca un grupo que mezclara raíz folclórica y reggae con batería raperas, en donde dos tercios de las voces en sus canciones eran entonaciones y cantos, y cuyas letras nos ofrecían una mirada y mensaje más positivo que lo decadente o protestante que definía la tónica del rap criollo; no se les iba a permitir tan fácilmente que se les considerara como la primera referencia del género en el país. Hay una rima de Cevladé que dice: “muchos no creen, pero pregúntale al Aerstame cómo se siente que luego de la ovación te pifeen”. Bueno, muchas y muchos no saben, pero el origen de esa frase no es sólo hate gratuito, sino que se remonta a una jornada de cine del Festival Planeta Rock 2010 donde se exhibió el clip promocional del año, y, cuando apareció en pantalla Aerstame, el público se manifestó con pifias, reacción completamente contraria a lo que fueron los dos años anteriores en que el artista participó del encuentro. Y sí, también fui de esos detractores que les pareció demasiado light un debut como con el que Movimiento Original se desmarcó para abrir su propio camino, y reconozco la inmadurez de aquel pensamiento cuando escuché Soldados Del Ghetto esa primera vez, porque mis expectativas egoístas querían barras y flows novedosos, y no tanta reversión de poemas de nuestra cultura popular o mejores ediciones de los primeros singles. No me excuso, pero recién cumplía mis veinte, sin embargo, el día en que en un local de comida de El Quisco escuché que en la emisora de radio sonaba “CHHile”, aquel himno que contiene decenas de referencias de artistas y momentos del rap chileno, entendí la importancia de una locomotora como la que manejan los “originala” y toda la cabida que da para las y los demás su andar. Quiéranlo o no, Movimiento Original es una de las bandas que volvió a poner en el mapa al rap chileno, partiendo por casa. Otro con conflicto y responsabilidad similar fue Bubaseta.

Bueno, los años siguieron y el Movimiento siguió avanzando. Me refiero al grupo y a la escena desde donde nacen. Fueron blanco de muchas críticas en sus primeros años, pero se mantuvieron fuertes y su crecimiento siguió siendo exponencial, principalmente en lo espiritual, la base para que toda evolución siga su curso. El rap en Chile continuó afirmándose y reinventándose, así que los haters habituales tuvieron y siguen teniendo nuevo material para alimentarse, sólo que en el presente hay tanta opción y propuesta, que los complejos no son tan evidentes o parciales como por entonces. M.O. prolongaron hasta hoy eso de ser pioneros en escenarios consagrados, en logros y cifras, en producciones musicales y audiovisuales de calidad. Me lo dijo Jonas Sanche aquel 2008: “Pueden decir lo que quieran sobre la música de Movimiento Original, pero ningún grupo en Chile tiene la calidad de directo que tienen ellos”. Creo que esa afirmación se mantiene intacta. De la nada un día me sorprendí con la noticia de que este grupo ya celebraría su primera década de actividad, y lo hicieron con un concierto de antología que agotó preventas y repletó el Teatro Caupolicán en diciembre del 2016 con cinco mil quinientas personas. Más o menos por esa misma etapa se anunció la salida de Mc Piri de la banda. A la fecha han editado cuatro discos y decenas de singles, además de colaborar con referentes de la talla de Quique Neira, Shamanes, Akapellah, Morodo, Chystemc, Maxi Vargas, Chilenos Mc’s, Mexicano 777, Green Valley, Apache, Luanko, SFDK y 12 Tribus. Su último lanzamiento, Mov Rap And Reggae, editado el año 2017, incluye, entre otras, participaciones de Sir Samuel (de Saïan Supa Crew), Kimany Marley y Nesta Marley. Son medallas que a esta altura del partido sirven para que dé lo mismo cuestionar si Movimiento Original es un grupo de rap o de reggae. Simplemente es un grupo que se abrió su paso haciendo lo que les nació del corazón, que pese a todas sus conquistas se mantienen independientes, y su legado ha sido inspiración para un par de generaciones por todo el continente. Y, lo más importante, en cada nueva entrega demuestran su espíritu de superación al llevar su nivel varios pasos más allá, marcando el camino para que otras y otros puedan también transitarlo.

Hoy estamos de fiesta, porque el Hip Hop al fin está en estos escenarios.

Este 2019 partió muy activo para M.O. El pasado 20 de enero fueron los encargados de cerrar la tercera noche en la edición número cincuenta del Festival del Huaso de Olmué. Una conquista sin precedentes, porque, hasta entonces, la única forma en que el rap chileno se ha hecho presente en el escenario de El Patagual fue con Jimmy Fernández en el año 2010 como invitado especial del grupo Quilapayún para interpretar los tracks “Resistencia” y “Canción al Che”. Después del de Viña, el del Huaso de Olmué es el festival más importante realizado en el país en materia de vitrina, pues es televisado para todo Chile por señal abierta y trasmitido en más de veinticinco países.

 

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Hasta ahí llegaron Aerstame, Stailok y Dj Acres de Movimiento Original, pero no solos. La fuerza de la banda se acompaña y complementa de destacados músicos nacionales, entre ellos Gabo Paillao en la dirección de orquesta y teclado, WH en los coros, Andrés Pérez en el saxo, Alfredo Tauber en el trombón, Italo Viveros en la trompeta, Max Reyes en la percusión, el productor Charlie Checkz en la guitarra y Lorenzo en el bajo. Su presencia cargaba satisfacción y emoción por llegar hacia tal instancia. Stailok afirmaba que estaban de fiesta por la inclusión del Hip Hop en ese tipo de escenarios, mientras que Aerstame remataba con una manifestación de respeto para las y los artistas del rap nacional. Su salida a escena fue recibida de forma enérgica por el público que repletaba El Patagual aún hasta esas horas. Canciones como “Hoy me siento bien”, “Preparado”, “M.O.”, “Originala”, “Luz” y “Tren”, marcaron el inicio. Esta última con un emotivo homenaje a Camilo Catrillanca, comunero mapuche asesinado por la espalda en noviembre pasado por el Estado.

 

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La fiesta coronaba con canciones como “Natural” y “Grandes pasos” en homenaje a su amigo Mc Browen de Shamanes, fallecido en un accidente de tránsito en enero del 2013, completando treinta y cinco minutos de una impecable presentación. Tras eso, TVN cerró transmisiones, pero el público no quería abandonar El Patagual y Movimiento Original continuó dando por un buen rato más lo que su gente quería. Yo no vi la presentación por televisión, ni mucho menos en vivo, porque ese fin de semana andaba de paseo por la playa con amigos y familia, pero fue increíble enterarme al día siguiente de que el grupo estuvo en aquel festival leyendo tan buenos comentarios en redes sociales por los integrantes de esta escena. Colegas reconociendo a colegas, de forma pública, sin envidia ni egos de por medio. Algo se ha crecido y el espíritu limpio de la familia de Movimiento Original bastante nos enseñó desde su experiencia. Apenas pude ver su presentación, me vinieron las ganas de aterrizar estas impresiones, y no fue hasta ahora que pude hacerme el tiempo para hacerlo. Me reconozco un admirador de la historia del grupo, tal vez no de toda su música, pero sí de su perseverancia, convicción y energía. Desde sus primeras canciones, Movimiento Original nos inculcó que no existen límites y que todo está en ti. Sus logros y reconocimientos son consecuencia de ese mismo pensamiento, y es por eso que hoy en día aquellas letras que anteriormente no consideré, me hacen mucho más sentido que otras tantas que sí oí, pero que quedaron sólo en el discurso. Supongo que nunca es tarde para engancharse al tren.

En aquella presentación adelantaron que al día siguiente se estrenaría el vídeo clip de “Tren”. Una pieza única, dirigida por Paul Felmer de Potrero Films, cuya ilustración y animación estuvo a cargo de artistas como Dinka Cerna, Leandro Hewitt, Juan Faundez, Marta Jorquera, Nacho Nass, Diego Sanhueza y Francisco Díaz. Una trama que no puede resumir de mejor forma lo ya dicho en estas líneas. Queda claro que hay mucha historia por escribirse desde un grupo que se abrió, como dijeron en su aplaudida presentación en Olmué, desde Pudahuel al mundo entero. El tren no tiene destino ni frenos. Así que me respondo esas preguntas iniciales: ¿Qué de malo tenía que un grupo que se dio a conocer en tocatas de gimnasios y multicanchas su música les diera la opción de llegar a las radios y otro tipo de escenarios? ¿Qué tan malo había en que, después de casi una década de desentendimiento con la industria musical tras la experiencia con los sellos multinacionales a fines de los noventa, el rap chileno quisiera volver a profesionalizarse y esta vez gracias a sus propios méritos y gestiones? Finalmente, ¿qué tan terrible era que un grupo quisiera hacer la música que les saliera de los huevos y no la que a nosotros nos pareciera la que debiese ser la correcta? La respuesta es nada.

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1 comments

  1. Camilo Astudillo says:

    Excelente historia, también sigo al grupo desde sus inicios y tu relato ha sido el mejor que he leído.
    Aguante el Rap Chileno y aguante M. O

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