“Querer es poder, y no poder es querer, quiero saber emerger, quiero poder ver, quiero hacer ver, quiero hacer y deshacer a mi antojo. Quiero hacer del verbo mi arma de arrojo, quiero verte rojo al darte mi parte de arte, ofrecer en mi parte es perder ojo…” – eran las líneas que repicaban desde mis auriculares cuando iba en el metro rumbo al show de SFDK en Club Subterráneo. Iba pensando en lo directo de las declaraciones del álbum Desde Los Chiqueros del dúo sevillano, editado en el año 2001 y que por estos días no he dejado de escuchar. Pensaba en que la tuvieron clara desde el principio, pues, pese a las adversidades, conocían sus capacidades y hasta dónde pretendían llegar, que ese mismo hambre los haría salir de aquella odisea en el lodo para hoy, entrando a los cuarenta, sentirse orgullosos veteranos en el género. Cuando te hiciste adulto viendo crecer la semilla que por aquellos años plantaban con esperanza y convicción los andaluces, se te hace provechoso volver a recapitular su historia y sentirte contagiado de su discurso y ejemplo como en la primera vez. Siempre Fuertes es el título de su primer álbum editado y siempre fuertes es el modo consecuente con el que, dieciséis años después, se mantienen en la cima como una de las bandas de rap hispano más influyentes, vigentes e imprescindibles de todos los tiempos. No es casualidad que a menos de un año de su última visita a Chile, y sin ningún nuevo lanzamiento bajo el brazo, agoten entradas para dos fechas consecutivas. SFDK es calidad como cualidad, su público lo sabe y en esta primera reunión celebrada en Club Subterráneo la noche del jueves 13 de octubre los recibieron a casa llena, y, por supuesto, con las manos en el aire.
Texto y fotografías por Darío Gutiérrez O. (a.k.a. Güissario Patiño).
Tuve la suerte de ver a los SFDK en su presentación del año pasado en Festival Frontera. Esa vez fue una recepción multitudinaria, no sé con exactitud frente a cuántos miles, pero a carpa llena como en cualquiera de los festivales que acostumbran en su natal España. Ahora la historia iba a ser distinta, pues venían con dos fechas cerradas en teatros y locales nocturnos con aforo mucho más íntimo y cercano que la experiencia anterior. El público para la jornada de Club Subterráneo eran los adultos más incondicionales, esos que le harían el aguante al trasnoche del concierto para irse sin quejas a la mañana siguiente a sus respectivos trabajos, claro que con la ventaja de haber visto únicamente a sus favoritos, sin ningún otro grupo que comparta espacio en el cartel. El espacio se repletaba desde el exterior a las cercanías del escenario. Había ansiedad por ver en escena a Acción Sánchez y Zatu, a quienes se les divisaba disfrutando con jocosa calma en esos minutos previos al concierto, compartiendo con los camaradas del equipo técnico en el backstage. No había deejay calentando los ánimos, porque no era necesario hacerlo, aunque de fondo sonaba una finísima selección que se agradecía. Se sabía que no sería mucha la espera para que SFDK salga por otra conquista. Dicho y hecho.
Acción Sánchez apareció y su público le recibió con efusividad. Acto seguido, Zatu y Legendario hicieron su ingreso para romper con todo. Algunos imperfectos técnicos del sonido, que fueron resueltos en los primeros minutos del show, no fueron obstáculo para mantener esa energía de su entrada. “Manos en el aire” fue el hit de inicio, seguido de un sentido acapella por parte de Saturnino Rey, quien apenas tuvo un par de minutos de pausa, quiso reparar en sus anteriores experiencias en Chile, país que reconoce como uno de las convocatorias más masivas para sus presentaciones fuera de España, mostrándose honestamente agradecido por el apoyo que esto ha significado en su carrera como grupo y también contento de poder contar con esa interacción más directa con aquel público. Zatu controló desde el minuto uno. Es un emcee experto, que no se perdía en el mar de gente que congregó, sino que se daba el tiempo de mirarlos a los ojos, uno a uno, sin descuidar ningún rincón del boliche ubicado en Pasaje Orrego Luco. Sánchez, cauto como siempre ha sido su estilo, disfrutaba desde el fondo la respuesta a cada instrumental que desde sus platos soltaba. Legendario (de Dogma Crew), quien ha sido compañero de escenario de SFDK por lo menos los últimos cinco años, demostraba el porqué se ha mantenido hasta ahora con esa responsabilidad. Fue una primera tanda de repasar los principales aciertos de su último lanzamiento, Sin Miedo A Vivir, publicado por el sello SFDK Records a fines del año 2014. Demostraban con esto que SFDK no es un grupo que viva de su pasado y que hasta la fecha son capaces de producir sus nuevos clásicos, pues no había quien se mantuviese indiferente a las líneas, estructuras y estribillos de sus más recientes creaciones, ni por más apego que se le tenga a los himnos de sus primeros años. El público era variado, no obedecía a un barrio ni etiqueta social, libre como la música sin prejuicios que hoy promueven estos viejos propulsores del hardcore sevillano.
La nostalgia llegó con las reminiscencias de sus aplaudidos discos 2001: Odisea En El Lodo y 2005. Canciones como “El liricista en el tejado”, “Dónde está Wifly?”, “Bailes de salón”, “Niño Güey”, “Fumar cagando” y “A dónde van?” fueron algunas de las mejor recibidas. La energía en el ambiente se agigantaba conforme iba desarrollándose el show, llegando al punto de salirse del guión de su repertorio original. El público coreaba sus peticiones. Sánchez, cómplice, sorprendía a su compañero cada vez que podía, a lo que Zatu respondía clavando la respectiva lírica a cada inesperada instrumental: “Cometieron el peor error de todos al pasarme un micro, pues ahora voy a rapear canciones hasta que se la caigan las orejas” – sentenciaba el autor de “Orgullo banderillero”. A ratos era Legendario quien tomaba el protagonismo, sonando en algún momento alto y claro los apoyos del público para su extracto en la recordada “Chúpala” de su grupo Dogma Crew, mientras que a Zatu le hacían la segunda para otras como “Las vocales”, “Phantom”, “Lo intenté”, “Está to feo”, “Hip Hop” y “La puñalá”. Acción Sánchez, a.k.a. A.C. Sleiter, brillaba en sus pocas intervenciones como tornamesista: “arañando los vinilos como si fuese un gato”.
Cada corte, cada delay, cada gesto y cada salida de libreto; todo pareciera estar en su sitio y momento correcto. Tienen el patrocinio de ser por veinte años el grupo con el directo más enérgico del cartel, créditos que se devuelven en el soporte de su público, el mismo que con palmas les respaldaba autoafirmaciones como las de las líneas de “Pruébalo”, una de las interpretaciones mejor recibidas de una noche en la que todo era celebración: desde el público para SFDK y de SFDK para su público. Así lo declaró Zatu desde un principio: “Yo no vengo a pedir sus aplausos”, como advertencia previa a una rutina que los merecía, principalmente por las capacidades demostradas al ser un grupo que su mejor momento profesional los encuentra hoy y en plena forma. Había dialogo entre los tres del escenario y los cientos que desde abajo les demandaban canciones o buscaban manifestarle su respeto. Viéndose superado de cariño, Zatu prometió darse el tiempo de compartir con los asistentes una vez acabada la función y recuperadas las energías.
Casi hora y media completó el show de los “Siempre Fuertes De Konciencia” y parecía que todavía quedaban muchos más temas emblemáticos que sacar del maletín. Es lógico para una trayectoria que se compone de ocho publicaciones oficiales, además de un sinfín de mixtapes, maxis y singles que la sazonan. Causa alegría percibir aquellas expresiones de gratitud en sus caras y conversaciones, pues SFDK es un grupo que ha salido desde el mismo lugar común que relaciona a todo rapero y ha ejemplificado con su perseverancia desde los inicios, siendo virtudes como la amistad, el respeto y la humildad los principales triunfos de su constancia, ejes para que la vida les devuelva la generosidad que han compartido con los suyos desde el inicio. Finalizada la presentación, hubo tiempo y también ganas de conocer seguidores, compartir aunque sea un par de palabras o de fotografías, firmar discos o simplemente hacer un brindis. Vale mencionar que el doctor Zatu anunció que regresaría al país dentro de un par de meses para la próxima Expoweed (2, 3 y 4 de diciembre en Parque O’Higgins – Pronto regalaremos entradas por aquí) a compartir las novedades de Chizpa, su recientemente estrenada variedad de frutas diseñadas para él por el banco de semillas Positronic. Si en medio de eso sale alguna fecha, nunca está de más considerarla, pues conciertos de SFDK son funciones de kalidad.
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