La tarde del 14 de noviembre del 2018, el Estado de Chile, a través del disparo del sargento Carlos Alarcón, mató por la espalda y de un tiro en la cabeza al comunero mapuche Camilo Marcelo Catrillanca Marín, joven de veinticuatro años, padre de una hija de seis y otro en camino que no alcanzó a conocer, culpable sólo de su compromiso por defender su territorio de origen. El descontento e indignación popular frente a otro ejemplo explícito de la opresión e impunidad que reina históricamente en este país, con o sin independencia, con o sin dictadura, se hizo sentir fuertemente durante la jornada del 15 de noviembre en distintas ciudades. Recuerdo que esa tarde fui a al ciclo de proyección del festival de vídeo clips Light Blue en Cine Arte Alameda, a metros de Plaza Italia, el corazón de Santiago, que por esas horas estaba convertido en un caos, con incendios y destrozos en la vía pública, y ese escenario post-apocalíptico resultaba extrañamente satisfactorio, porque, sí, era y es justificable, el pueblo está cabreado y poco a poco saliendo de su enfado pasivo. Pese a las dificultades para desplazarse y llegar hasta ahí, de igual forma se llenó el recinto. Una de las que se presentó fue La Deyabu con un show muy emotivo para compartir su obra Matria. Iniciando su rutina, llamó al público a hacer un ruido fuerte, a manifestarse de una forma contraria al minuto de silencio. El vídeo clip que ganó la quinta edición del festival fue “Witrapaiñ” de Portavoz, Luanko & Cidtronyck, reconocimiento muy en sentido con la situación que se vivía y posiblemente gatillado a causa de la misma. Más tarde, esa misma fecha, se presentaría el cubano Rxnde Akozta en Club Subterráneo. Éste, en cambio, sensibilizado por la situación, interrumpió su show pidió ese minuto de silencio a los cientos de seguidores que repletaron el local. Dos miradas sintientes y conscientes afectadas por una misma realidad desde distintos modos, así como cruzó los discursos de Martin Luther King Jr. y Malcolm X sobre la respuesta a la violencia al acabar su film “Do It The Right Thing” (Haz Lo Correcto) el director Spike Lee en el 89, del que a propósito mis parceros de Diáspora 15-20 compartieron una interesante editorial estos días que me gustaría que revisen (leer Malcolm & Martin: Una reflexión sobre la violencia).
La imagen del rostro de Catrillanca Marín no tardó en convertirse en un ícono de resistencia y protesta en este segundo y nefasto gobierno de Sebastián Piñera, que, pese a los montajes, cambios de versión de las autoridades policiales y políticas, obstrucciones a la investigación y la negativa a las demandas populares para la renuncia como Ministro del Interior de su primo Hernán Chadwick Piñera (#RenunciaChadwick) por su responsabilidad en la manipulación de información y cambios de versión en la búsqueda de esclarecer el asesinato; su indolencia frente a los hechos ha sido la representación más descarada del atropello a los derechos humanos del Chile post-dictatorial, comenzando por el llamado “Comando Jungla”, grupo de operaciones policiales especiales que envió a instruirse a Colombia para continuar y potenciar la militarización y represión en la Araucanía, proyecto con el que inició su período y que trajo consecuencias como el cobarde asesinato a Catrillanca Marín, entre cientos de atrocidades que viven día a día las familias que habitan los interiores de la Araucanía. Lo dice con sabiduría una de las barras de Jonas Sanche en el track “Juegos de ambición” de su aplaudido 27: “Y a mí en la escuela me hablaron de una patria, nunca me explicaron lo importante que era una araucaria. Te tiran tierra entre el ojo y la pestaña”. Ése es el poder de Chile.
Ante la esperable inoperatividad de la justicia y el Estado, la acción popular ha sido la encargada de mantener en la memoria colectiva la imagen y nombre de Camilo. Por ejemplo, la mañana de ese mismo 15 de noviembre, los profesores del Colegio Winterhill de Viña del Mar viralizaron una imagen tomada de una instrucción pegada en su panel informativo, cuyo mensaje firmado por La Dirección expresaba: “Profesores: Por favor, que en algún momento del día se mencione en su sala de clases el nombre de Camilo Catrillanca. No es una opción, es un deber”. Así también, el Hip Hop se ha organizado de distintas maneras. A menos de una semana del asesinato de Catrillanca, se realizó en la histórica población Lo Hermida de Peñalolén una tocata a beneficio de sus familiares con participaciones de artistas como Rxnde Akozta, Ana Tijoux, Jonas Sanche y Chystemc, entre otros. Su imagen se ha inmortalizado por distintos graffiteros y muralistas. Aprovechando la vitrina, Movimiento Original rindió un breve tributo en su reciente presentación en el Festival del Huaso de Olmué. También, la rapera Natyba, oriunda de Curicó, se autoprodujo un vídeo clip para un sencillo llamado “Catrillanca” llamando a no descuidar la memoria.
Una idea similar ejecutaron desde Santiago más de una decena de raperos y raperas provenientes de distintos lugares, quienes se unieron para crear esta canción llamada “NEWENTUNRAP”, pero aquí se concentran en manifestar su rabia e impotencia contra el gobierno chileno winka que tiene militarizada la zona de la Araucanía, reprimiendo y asesinando impunemente al pueblo Mapuche, exigiendo la salida del “Comando Jungla” y la renuncia de todos los políticos responsables de estos hechos de violencia.
Por mi parte, intento tomar cuidado de la responsabilidad detrás del manoseado entendimiento que existe sobre el concepto de la memoria y llevarlo a prácticas más reales que panfletarias de concientización. Por ejemplo, mi hija está próxima a cumplir dos años, entonces, esta última navidad tenía algo más de conciencia que su experiencia anterior y podría ya haber entendido de qué se trataba toda esa parafernalia de las fiestas y los regalos. Mi forma de hacer algo para esta fecha especial fue invitarla a un almuerzo solidario que se hizo por esos días en La Conga Latina donde lo recaudado iría destinado a la construcción de la casa de la mujer e hijos que dejó Catrillanca, y en vez de gastarme esas lucas en cenas especiales y regalos materiales, preferí destinar el aporte a donde me hace sentido que vaya, no sin antes explicarle quién era Camilo Catrillanca Marín y por qué estábamos haciendo eso. Tenía algo de pudor de contar esto último y lo pensé antes de escribirlo, pues es una experiencia más personal y no quiero que se tome como una presunción de mi parte, pero la paternidad me ha llevado a cuestionar varios de los actos que muchas veces avalamos o perpetuamos desde la inconciencia, y sinceramente me parece inconsciente festejar la leyenda del nacimiento fruto de una violación del espíritu santo a una virgen por voluntad y gracia del “Señor”, y no dominar ni siquiera veinte palabras del idioma mapuzungun. Ella no tiene ni dos años, poco sabe dónde está parada, pero su madre y mi madre le han inculcado algunas enseñanzas básicas sobre la cultura Mapuche y así ya puede saludar, reconocer una bandera o un instrumento fácilmente, de la misma forma en que me he encargado de que pueda reconocer a un “paco” en la calle, apuntarlo y mencionarlo como tal, y entender al menos que los adjetivos que acompañan a la palabra “paco” no pueden ser otros más que “culeao” o “asesino”, no sin explicarle el porqué, claro está. El Estado y sus fuerzas represoras son quienes se han encargado de asesinar mapuches, pero somos nosotras y nosotros quienes hemos ido matando la importancia de su raíz cultural al no reconocerla. La indignación por algún asesinato tiene su dejo de cinismo.
La historia de Camilo Catrillanca es una historia que no debiésemos contar, así como tampoco debiésemos indignarnos por las formas casi burlescas en que los responsables se muestran indiferentes hacia éste y otros crímenes, como Alejandro Castro en Quintero, sobrino de una persona muy querida para mí. Es tarea de todas y todos los seres que nos consideramos sintientes el reflexionar sobre estas experiencias y mantenerlas en la memoria no sólo como trending topic de la temporada, sin embargo, y yendo más allá, creo que debemos reparar en la responsabilidad que tenemos con nuestra indiferencia política en permitir, con nuestra pasividad, que una minoría sean quienes decidan que los mismos nombres que han manchado sus votos con sangre de mapuches, estudiantes, dirigentes sindicales o líderes de movimientos sociales, permanezcan al poder y se repitan el plato. Definitivamente el proyecto político que nos represente no existe aún, pero estamos de acuerdo en qué es lo que no queremos, y sacarlos del poder es tan fácil con demostrar que somos esa mayoría descontenta el día de votaciones, porque, la revolución aquella de no ir a votar por desobediencia, es precisamente el juego que han querido jugar para seguir metiéndonos esa tierra entre el ojo y la pestaña. Primero, encontrémonos en sacarlos de ahí, y esa primera conquista será un buen paso para empezar a organizarnos y encontrarnos en proyectos que sí nos representen. Una tarea que no se hace de la noche a la mañana, pero, si no empezamos por algo hoy, nadie lo hará nunca por nosotros. Creo que ni tu mamá, ni tu papá, ni tu abuelo, ni tu abuela, tías o tíos, lucharon para recuperar la democracia que le estamos heredando a nuestras hijas e hijos. Podríamos tomar conciencia de ello, también, y tal vez evitar seguir siendo testigos y cómplices silenciosos de una de las dictaduras más largas de Latinoamérica.
Por Darío Gutiérrez O. (a.k.a. Güissario Patiño).
“Catrillanca: Un libro que nunca debió existir”
En un país el cual el concepto de la memoria se establece como una obligación para construir nuestro presente y poder avanzar hacia el futuro, la fundación de símbolos, ideas y mensajes que trasciendan se transforma en una necesidad. Más aún en nuestra era actual, la cual el flujo de información parece volar, y lo importante deja de serlo rápidamente.
Con el fin de que ni la cara ni el nombre de Camilo Marcelo Catrillanca Marín se olviden, como ha ocurrido con otros mapuches asesinados en democracia, se hizo a través de las redes sociales una convocatoria abierta a todo público para crear una ilustración sobre su rostro. Al llamado acudieron treinta y cinco personas/artistas de lugares tan variados como Dinamarca, Bolivia, Francia y España, y de distintos ámbitos: músicos, filósofos, diseñadores, gestores culturales, artistas, sicólogos y activistas; quienes participaron uniéndose y compartiendo sus trabajos. Este libro/homenaje es la compilación de todos esos trabajos enviados por quienes quisieron decir presente, y perpetuar la imagen de Camilo.
Su primera edición contará con tan sólo nueve mil ejemplares, los cuales tendrán un costo de $5.000, en librerías y sitios online a través de idea.me, sitio de crowdfunding latinoamericano. Los fondos recaudados irán íntegramente a la familia de Camilo Catrillanca además de cubrir los gastos de impresión y difusión.
Este sábado 9 de marzo, a partir de 17:30 horas, tendrá lugar en el Centro Cultural Casa Matta (Calle Padre Orellana 1330) un lanzamiento del libro. Con un cupo de solamente cien personas, nos encontraremos con diversas actividades para crear conciencia y compartir sobre la situación de Camilo y el conflicto mapuche… todo desde una perspectiva seria y un lenguaje artístico/profesional. La búsqueda del lanzamiento es también generar ventas del libro, para poder así cubrir los costos de impresión y reunir la mayor cantidad de dinero para poder enviar a la familia de Camilo Catrillanca.
La jornada propone además un conversatorio y mesa redonda abarcará dos grandes temáticas. El conflicto mapuche: entenderlo más allá del western creado por los grandes medios donde se simplifica todo a carabineros versus mapuches. Conocer los intereses que hay en esas tierras y la lucha en la zona. Y, por otro lado, la autogestión en la era digital: cómo podemos llevar las ideas a que se materialicen de forma colectiva y qué herramientas existen hoy para que las ideas no mueran.
El encuentro contará con el apoyo de importantes artistas de la escena rapera chilena confirmados, los cuales se presentarán con el fin de apoyar el lanzamiento a través de su música. Lenwa Dura estrenará el vídeo clip homónimo de su próximo disco Algo Qué Decir, el cual homenajea la figura de Catrillanca. Habrá presentaciones especiales de La Dieta Del Murciélago (Matiah Chinaski, Terrible & Búfalo Dit), La Deyabu, Talobeez, Animales Solitarios y Mendigo Solano.
