No tengo recuerdos de haber vivido algo similar a lo ocurrido la noche del pasado jueves 04 de abril en Cine Arte Alameda. El plan original proponía disfrutar del concierto de Havoc de Mobb Deep junto a Big Noyd y Dj L.E.S en Club Subterráneo, pero en las últimas horas apareció Flor De Rap con una invitación que, a mi parecer, más que el homenaje a la historia que significaba la primera opción, era ser parte de cómo se construye una nueva historia que no me quiero perder. Estoy seguro de haber tomado la decisión correcta.
Por Darío Gutiérrez O. (a.k.a. Güissario Patiño).
En junio del 2018 invité a conversar a mi programa semanal en Radionauta Online al pionero Jimmy Fernández sobre su historia en el Hip Hop chileno, a propósito de los 25 años del álbum Pozzeídos X La Ilusión de La Pozze Latina. Bueno, eso entre otras cosas, y entre esas cosas me comentó al final del programa que dentro de sus proyectos actuales estaba la participación en la producción del álbum Inmarchitable de la rapera antofagastina Flor De Rap. Lo dijo con evidente emoción y motivación, confiadísimo en lo que estaba haciendo, con una sonrisa y brillo en los ojos que te hacía pensar que este referente con cinco décadas encima estaba recién firmando su primer disco personal, pero no, estaba dando su respaldo y experiencia en virtud de un proyecto que le devolvía la fe en la cultura que vio creer en este país. No por nada será, pensé. Meses después me escribe para invitarme al evento de lanzamiento, al que no pude ir, pero aprovechamos de agendar una visita de ella al programa para la primera semana de noviembre. Y bueno, personalmente debo decir que esa entrevista marcó un hito importante en mi vida y la definición de mis propósitos dentro de las comunicaciones en este circuito, de forma simbólica y también literal. Ese día cerraba mis primeros 29 años y Flor De Rap me compartió la conversación más auténtica que he conseguido en el programa, pero auténtica hablando desde lo humano y no lo intrínsecamente rapero. Había estado escuchando su álbum esa mañana previa e imaginaba que intentar abordar la esencia de su hasta ahora obra maestra era entender que el Hip Hop nos llevó a un paso más allá y debíamos saber madurar con éste. Y así fue. Su interpretación en vivo del sencillo “Inmarchitable” fue, sin dudas, la razón de ser de esa tercera temporada, y quise que todo el mundo se contagie de esa emocionalidad, que esa pieza logre trascender por su sustancia más allá de gustos o preferencias musicales. Cuando Noisey en Español cerraba su listado de las 60 canciones favoritas del Hip Hop hispanoamericano de ese año, le pedí personalmente al editor que revise ese material antes de concluir su nómina y su respuesta fue inmediata: “no puedo parar de llorar.” La reseña que le dieron coronaba con la frase:
Ésta es la realidad más real que vas a encontrar, punto. Una canción autobiográfica donde el rap vuelve a funcionar como desahogo de Flor: mujer, latina, que –al igual que muchas otras rosas y tulipanes– sigue prosperando entre el fango y el lodo de la putrefacción.
Poco después, mi propia madre, que debo reconocer que tengo la gran fortuna de contar con su apoyo y comentarios en la mayoría de los programas, me habla para decirme que dio con ese registro que no había visto y que estuvo llorando prácticamente todo el día. El fenómeno de por qué la música de Angela Lucero Areyte, o Flor De Rap, logra ese quiebre en las personas es fascinante y me parece que su respuesta es mucho más simple de lo que podríamos imaginar. En un género donde la mayoría de sus exponentes se parten los sesos buscando la forma de mostrar ser “más reales”, creo que el camino correcto hacia esa categoría bien podría explicarse con una rima del colombiano Crudo Means Raw donde contextualiza un consejo de su madre: “Si usted quiere que eso pase, haga rap sobre la vida y deje de hacer rap para raperos, mijo.”
Emoción a flor de piel:
Al acabar esa entrevista nos dimos sinceros abrazos con Flor, su compañero Nyror y Fran Torres. Antes de despedirnos, me advirtieron que se habían ganado un auspicio monetario generoso con una marca para darle al single “Inmarchitable” su merecida versión audiovisual y que el director encargado sería Johnny León, como ella quería, destacado realizador responsable de piezas como “Man in the mirror” de DMT, “Fueron” y “Extinción” de Hordatoj, “Fe” de Drefquila, “No problem” de Suppastyle o “MGRSQ” de Jonas Sanche. El estreno de ese vídeo se realizó el pasado 04 de abril en Cine Arte Alameda en un evento en el que también participaron Nfx, Hordatoj y la misma Flor De Rap. Estaba difícil con una alternativa paralela como lo de Havoc, pero hace rato ya se ha demostrado que, al menos en Santiago, puede haber plaza para dos buenos panoramas al mismo tiempo.
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La recepción la brindaba Dj See All mientras poco a poco se iba llenado el lugar. Caras conocidas, como las de Jimmy Fernández, Lenwa Dura & Sol, Chino Mákina de Panteras Negras, Hordatoj, Gloria Allel, Ojal De Ajaw, Omega el CTM, , la gente del sello H Empire, La Misty, Magia De La Vida, el realizador Camilo Morales, entre tantas otras iban poblando el recinto. Personas que sueles encontrarte en distintos tipos de eventos, varias que por lo general están sobre el escenario, pero esta vez era diferente, pues todas coincidían en un mismo lugar y bajo un mismo motivo: acompañar a Flor De Rap en su nuevo estreno. Ya a eso de la medianoche el local estaba lo que podría considerarse como lleno, al menos lo suficiente como para desmantelar la pieza frente a un buen número de personas, así que nos invitaron a tomar lugar y acomodarnos en la sala principal de cine.
Antes de la proyección, hubo palabras de la protagonista agradeciendo la compañía y el apoyo que ha tenido en todo este proceso discográfico, invitando también a Johnny León a dirigirse al público y hacer presentación oficial del vídeo clip.
El mérito aquí es de Flor De Rap y su capacidad de convertir una historia tan personal en una canción como “Inmarchitable”. Mi trabajo aquí fue simplemente acompañar con mi experiencia y conocimientos para llevar la narración a imágenes, con el amor y el respeto que se merece un relato como éste.
Sonaron las primeras melodías de la caja musical que da el alma al ritmo del productor Geoenezetao, el piano de Nonobeats, el saxo de Kike Galdames; el colchón preliminar a la emocionalidad que produce el relato de la voz herida de Angela que se iniciaba con ella narrando su infancia en primera persona, siendo luego su hija Rosanna Álamos quien la interpretaría en su niñez. La presencia de Rosanna en la vida de Angela es fundamental. Por redes sociales constantemente comparte rutinas rapeando junto a ella, transmitiendo una crianza enriquecedora, de mucha complicidad, sanando en el ejercicio mismo de la maternidad muchas de las carencias que responsabilizan la crudeza de sus testimonios. El vídeo continúa su desarrollo y, pese a la densidad de sus líneas, como lo literal de la representación de éstas, no pierde la sutileza en su lenguaje. Van sumándose simbolismos y escenarios que agudizan el contexto del relato, y ahí aparecen los hoscos cerros de Antofagasta, los cameos del desierto desde donde resisten las raíces de esta flor que va haciéndose mujer conforme avanza en sus líneas.
León consigue enaltecer cada detalle de la vida de Lucero, desde la tristeza de su mirada hasta los distintos tatuajes que han marcado sus etapas. Así hasta una de las escenas finales, donde aparece la figura de Nyror Ruiz, actual compañero de Flor, cuya historia inspira y nos devuelve la credibilidad en el amor, digamos en el plano afectivo, como fuerza capaz de todo cambio. Sus vidas, ambas erráticas y adversas producto de distintos factores que las hacen similares, ella de Antofagasta y él de Punta Arenas, coinciden en puntos determinantes y se encuentran para formar una sola gran familia, cada quien con una hija a cuestas, naciendo de esta unión Salvador, el quinto integrante de esta nueva historia, cuya definición más precisa es aquella del amor con agente salvador de almas y sanador de heridas: “familia hemos construido, ésa es mi recompensa de todo lo que he sufrido: el secreto es la paciencia”, como se concluye en las últimas frases de “Inmarchitable”.
La proyección terminó con una fuerte ovación y aprobación de las y los presentes. La obra nos conmovió y creo que la gran mayoría fuimos los que salimos con lágrimas en los ojos, sin muchas palabras más que mirarnos con complicidad y agradecer haber sido parte de esto. Apenas veíamos disponibles a Angela o Nyror nos acercábamos a darles un abrazo, como queriendo agradecerles su fortaleza, ejemplo y arte, aunque sea con torpes palabras. No existe disculpa que podamos pedir justificando a una sociedad que ha criado generaciones de niñas y niños con historias como la de Angela y que se están viviendo en este preciso momento, pero mientras nadie nos enrostre ese horror, nos mantenemos indiferentes, y quizás por eso sentimos cierta culpa cuando se nos ofrece esta realidad así de palpable y cercana, incluso en forma de una linda pieza de arte como ésta.
La figura de Flor De Rap inspira por ser esa guerrera que ha sabido sacar espinas para cuidar su delicadeza. Hay daños que son irreparables y definitivamente no todas las personas sabrán convivir con ellos de la misma manera. Aquí al menos hay un ejemplo de cómo el Hip Hop puede ser esa energía transformadora, desde lo individual hasta lo colectivo. Flor, con su sonrisa cautivante, pero con la mirada que no disimula sus heridas, tiene esa propiedad que no cualquiera tiene en un género como el rap, y que es similar a lo que fue la presencia de Nina Simone para el soul o ejemplos más contemporáneos como lo estaba siendo Amy Winehouse en el jazz. Sin embargo, y aquí quiero poner énfasis, su mensaje es “vamos para arriba porque venimos de abajo”, anteponiendo la esperanza y la superación antes de plantear el problema. Las generaciones más “conscientes” o protestantes, crecimos con la mirada crítica nacida desde el entendimiento de venir desde abajo, o estar debajo de, y desde ahí se ha inculcado una posición que se ha manifestado en diversas corrientes o manifestaciones culturales con ese resentimiento, y es por eso, tal vez, que no encontramos mucha diferencia en el mensaje y la acción a través de éste cuando hablamos de las generaciones revolucionarias de hace cincuenta años a las de ahora. Por lo mismo siempre nos refugiamos en el rol de ser víctimas y no ganadores. Su arte es hermoso, pero la historia de Flor es horrible, y más común incluso de lo que imaginamos, pues el abandono, el abuso y la falta de contención afectiva no son carencias exclusivas de los sectores socialmente más vulnerables o de las infancias en el Sename; pero ella cambió su historia, y con su verdad y forma de enfrentarla de seguro cambiará muchas más. No se revuelca en el lodo desde donde viene, lo encara, lo acepta, lo abraza incluso, pero lo suelta para liberarse, y, viniendo de ser una flor solitaria en el desierto, hoy siembra un colorido jardín para su entorno, principalmente para su descendencia.
Me parece que, sin proponérselo, el mensaje y la actitud en el arte de Flor De Rap es uno de los íconos de empoderamiento femenino más efectivos que puede gozar la oferta chilena el día de hoy, y por la misma razón que su rap se hace creíble y transversal culturalmente. Hoy más que nunca predomina lo valioso de educar a las nuevas generaciones reparando en la importancia de enseñarles que no deben ser niñas tristes, acomplejadas psicológica y físicamente, que no se sientan inferiores, que no tengan apegos de amor romántico o que alimenten sentimientos como la envidia, entre tantas conductas tóxicas que como sociedad debemos erradicar, pero, ¿cuánta práctica en nuestras vidas hay detrás de todo eso que se enseña como réplica de un discurso más bien teórico? Te banco, Flor, porque estoy feliz de que mi hija crezca en una era en donde ejemplos como el tuyo enseñan que, ante todo, hay algo más allá de todo eso de dónde venimos. Así también se demostró hace pocas semanas cuando estrenó el vídeo clip de “Poniendo pila” junto a Aerstame, que tuvo como protagonista al pequeño Iván Alcaya, un niño de cuatro años lleno de felicidad que lleva más de un año hospitalizado esperando un trasplante de corazón.
La fiesta remató con presentaciones en vivo de los distintos invitados. Nfx, quien se acompañó de Bicwan (ojo con ese nombre), haciendo un repaso a sus últimas entregas y también compartió parte de lo próximo. Invitó al escenario a Fisher Showa y finalizó con Rolando Fino adelantando algunas de las joyas que incorporará su álbum conjunto Heavy Machine Gunz. Luego siguió Hordatoj quien nos trajo canciones que raramente suele soltar en vivo, varias de su primer álbum, como “Imagino” o “Un segundo”, además de otras bien queridas junto a Panty. Coronó Flor De Rap junto a Nyror Ruiz, haciendo un repaso casi completo al álbum Inmarchitable, con la energía que lo caracteriza. El público estuvo con ella en todo momento, dando un respaldo real y activo, libre de egos los que podrían tenerlo quizás por ser también emcees. No había nada de eso, sólo validación hacia una de las emcees más importantes hoy por hoy del territorio que se encargó de demostrar en tarima el porqué de ese apelativo. La misma que logró conectarnos con la esencia más clásica al invitar a Jimmy Fernández para interpretar el track “Rap Killah” y a los pocos minutos hacernos saltar sin prejuicios como si fuésemos adolescentes traperos con un hit como “A mí manera”. Flor dominó, fue su noche y sabe también que éste es su momento, y está dispuesta a vivirlo y disfrutarlo, sin límites y por fin sin ataduras. Está con quienes tiene que estar y con ese motor no tiene frenos. El punto final lo puso una interpretación en vivo del single “Inmarchitable” en compañía de la crew de bailarinas Dillas, manteniendo entre todas la emoción para decir con seguridad que lo vivido aquella noche fue una jornada única y difícilmente repetible. Cuánta razón tenías esa vez, Jimmy Fernández. Independiente de cómo te guste el rap, el de Flor, en su naturaleza, es de lo más auténtico que le ha pasado al género nacional en años.