Saliendo de Santiago y avanzando hacia el sur nos adentramos en lo que se conoce como la sexta región. Son muchas las comunas que conforman esta comarca, más de treinta, de las cuales la mayoría son pequeños poblados rurales que pasan inadvertidos para el resto del país. Claro, si entendemos que en contraste existen sitios más populares como el zorrón Pichilemu, San Fernando, Machalí y principalmente Rancagua, la capital regional. Sin embargo, en materia de Hip Hop, me parece que localidades como Rengo y Santa Cruz son dos de las que logran revertir su condición de “pueblo chico” para convertirse en verdaderos centros de encuentro interregionales para la cultura, incluso más que los sitios ya mencionados. Algo que desde luego no sería posible sin el trabajo y constancia de algunos de sus protagonistas locales, quienes han sido los encargados de generar espacios para así poner el nombre de sus ciudades en el mapa. Hoy me quiero detener específicamente en Santa Cruz, comuna cuyo nombre oí por primera vez de la voz de un freestyler quinceañero apodado Stigma que viajaba desde allá para representar con su nivel en las primeras ediciones de Batalla De Maestros (BDM). De eso han pasado ya varios años. El ímpetu y la motivación demostrada por aquella joven promesa terminaron en forjar al Stigma que hoy muchos conocemos y no sólo en Chile, pues también ha conquistado el prestigio y el respeto en circuitos internacionales. A pesar de que éste ya no vive en la región hace algunos años, el nombre de Sexta Mafia, su grupo de origen, no ha dejado de estar en sus principios ni tampoco en su presente musical. Ahí es donde comparte ideas y escuela con otros colegas como Kifat, Dogman, Oneser, Kaoh2, Alud y Boemia; y si bien el renombre de Stigma puede que le haya dado un poco más de visibilidad a un proyecto como el de Sexta Mafia, no es mucha más vitrina de la que han logrado todos como fuerza colectiva desde principios del milenio, siendo la familia que le dio al improvisador el impulso y convicción necesaria para abrirse más allá de las fronteras provinciales. Con esa misma convicción es como Sexta Mafia es un nombre obligado en los flyers de los eventos locales y sus alrededores, demostrando en cada aparición de sus integrantes, sea grupal o individual, el peso de la experiencia y la identidad de la escuela en la sexta, donde todos son para uno como uno lo es para todos.

Por Darío Gutiérrez O. (a.k.a. Güissario Patiño).

«Para mí, el miedo, sufrimiento, dolor, tristeza, desesperanza… son sentimientos patéticos, ¡me deshice de ellos hace mucho tiempo! Lo único que me queda es el corazón de un guerrero que ha caído en el infierno. Por eso… ¡yo continuaré peleando hasta que se agote mi vida!» — Ikki de Fénix.

De Santa Cruz también son oriundos los sextamafinos Kifat & Dogman, quienes después de verse involucrados en las realizaciones de álbumes como Inicios (2003), Ciudad Fantasma (2006), Rapea (2009), Rap Santa Cruz (2011), Momento De Ocio (2012), Detrás Del Underground (2013) y El Libro (2013), hoy coinciden sus intenciones en la publicación de FéniX, una producción de dieciséis tracks tan contundentes que no dan espacio al vacío ni al relleno. Kifat & Dogman en esta oportunidad se desprenden momentáneamente de su Sexta Mafia y también de la familia de Cumbre Crew de la que forma parte su clan, para conectar con sus cuestionamientos individuales y plantearlos en un disco que los redescubre mitad y mitad. El argumento no es más que las propias experiencias en el umbral de la tercera década tras un necesario renacer, cada quien cargando y luchando con sus propios fantasmas, celebrando el triunfo de estar hoy en un segundo tiempo sin haberse rendido en el primero. FéniX en consecuencia es un trabajo que se materializa como ceniza espesa, recargado en cada una de las líneas que componen sus barras, las que no flexibilizan de un tópico común. Es un plato no fácil de digerir, cuyo proceso es un ciclo que se inicia con “Casi muertos” sobre un beat aplastante de Ariel Soza, para luego dar curso libre al viaje a través de sus infiernos: “Este disco es para conocerse, cerrar los ojos y elevarse, autosanarse.” Tanto Kifat como Dogman son hábiles dominadores de la escritura incisiva y la odisea resulta convertirse en un catalogo de frases ingeniosas y pensamientos bien aterrizados al papel, que buscan homenajear a la vida a través de aspectos como la amistad, familia, pasiones y la urgencia del presente; cerrando el capítulo con “Casi vivos” sobre una producción musical de Nikson: “Vuelvo a nacer y de nuevo soy rapero, como pez en el mar y como ave en pleno vuelo”.

FéniX es un trabajo muy personal, pero narrado desde dos veredas. Lo particular de su naturaleza tal vez implique que no hayan sido necesarias más colaboraciones que las de sus beatmakers y deejays, pues, aún cuando Kifat destaca por su identidad y buena técnica como productor, la lista de canciones reúne los créditos de una decena de programadores de ritmos, entre ellos Frainstrumentos, Nikson, Delaion, Baseh, Charly Humos, Ariel Soza, Boemia e Inmortal; mientras que el sanfernandino Vilaz y Nikson se encargan de los pocos scratchs que sazonan la obra. El sonido obedece un mismo patrón, y ése es la potencia con la que caen los golpes de sus baterías. Es una característica que tal vez le reste novedad a la pieza conforme esta avanza hacia sus canciones finales.

FéniX fue grabado entre los años 2016 y 2017 en AGRE REC de la comuna de Santa Cruz. Aquel lugar común para sus autores toma forma durante el álbum en la memoria de Emilio Zuñiga, mejor conocido como AgresorMC, a quien reconocen como el padre del rap local, rindiéndole así los respectivos tributos a su legado durante el transcurso del disco. Es con huellas como aquella la forma en que FéniX se manifiesta para confirmar que las ideas y los ideales nunca se han extintos, y que por el contrario, renacen para arder a través de los responsables de que el rap en Santa Cruz escriba su propia historia.

KIFAT & DOGMAN – FÉNIX (LP 2917, AGRE REC) | ÁLBUM COMPLETO
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