Desde que descubrí la música de Aníbal hace un par de años, me gustó tanto su propuesta que no he querido perderle la pista en sus avances y procesos. Me simpatiza porque no es de esos que ser fuerzan por simpatizarte, sino que convence con música honesta y una forma de ser prudente y respetuosa, sin hueás raras. Con el tiempo hemos podido hablar más allá de la música y me comentaba meses atrás que tenía pensado dejar su rutina, profesión e incluso familia de la vida que llevaba en Temuco por apostar a su música en una ciudad como Santiago. Acá te espero, le respondí, y al rato llegó.
Por Darío Gutiérrez O. (a.k.a. Güissairo Patiño).
Fotografía por Leonardo Sanhueza.
Soy yo o ninguno:
Recuerdo que una tarde de otoño me preguntó si podía venirse hasta la celda a trabajar. Yo estaba trabajando también, así que le dije que sí, y apareció con su micrófono, laptop, audífonos e interfaz; se sentó en el sillón a producir y canalizar ese estado mental. Yo estaba atrapado en la edición de una entrevista en mis audífonos y cuando paraba le escuchaba probar sus barras, entonaciones, grabar y repetir hasta convencerse, pero muy sueltamente en su discreta forma de ser.
Las acciones de su presente le llevaron a escribir una letra fluida que deja de ver su convicción y claridad de lo que decidió para su vida, no llenar canciones hablando de un sueño que algún día será realidad de las que tanto hay, sino enfocando el objetivo y encestando. Si te soy honesto, me encantó que se sintiera así de cómodo en la celda para llegar a esos resultados en la producción, escritura y rapeos. Éstas son las reales barras en la celda de Bob, pensé. Un proceso crudo y real, sin tanto ensayo y producción.
Trajo creatividad y una jornada de lluvia como las de Temuco para renovar los aires que me hizo muy bien. Cuando terminamos de trabajar, escuchamos la maketa y nos fuimos a la cancha a celebrar practicando tiros. Ese día fui testigo de cómo nació @anibalmeyyes, una nueva versión de sí, en paz consigo mismo y libre de ataduras en su discurso y movimiento.
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“Soy yo o ninguno”:
El presente de Aníbal Meyyes no sólo es un cambio de ciudad, sino un renacer personal y artístico. Aquellos tránsitos existenciales desahogados en Espiral y Laberinto fueron la base para tomar acción y cambiar realidades, concentrándose hoy en pulir su diamante como cantante y productor musical. Tiene la experiencia a su favor, también la definición de un sonido propio en constante exploración, pero se entiende el hoy como el punto cero de su historia.
Bajo esta nueva identidad debutó semanas atrás con el melancólico single “Si estás lejos”, donde se liberan algunas emociones contenidas en esta primera etapa en la capital.
Sin embargo, “Nueve once” simboliza la primera piedra de esta construcción en su historia, contrastando su anterior lanzamiento con el peso de los fundamentos que lo tienen en el aquí y ahora:
“Hace referencia al llamado de emergencias 911. Quise expresar cómo la música fue para mí un salvavidas, y que ahora, en otra etapa de mi vida, me siento libre y claro de lo que quiero, con la convicción de estar viviendo la vida que quiero vivir y que sé hacia dónde me dirijo. Es una declaración de intenciones no vista hacia el futuro, sino de algo que se está materializando.”
“Nueve once” fue producida íntegramente por el mismo Meyyes, jugando en su desarrollo con cambios de ritmos y flows, desplegando en este disparo certeramente la versatilidad que lo impulsa como una fresca promesa para el género urbano.
El single está disponible en las principales plataformas digitales, y su estreno se acompañó de un vídeo clip producido y realizado por Leonardo Sanhueza, el cual grafica el determinante estado mental con que Anibal Meyyes entra en el juego.