Con más de 15 años de trayectoria, el bogotano Jamp lleva el rap colombiano al siguiente nivel con Antítesis, un disco en el que se denota una madurez musical y una mezcla de influencias que se traduce en variedad de ritmos y melodías. Además, el emcee se empeña en desarrollar distintas temáticas en sus letras y crear una estética audiovisual que complementa el trabajo discográfico.
Por Jambo Aranda (@jambohuracanboy)
Buscar una identidad:
El nacimiento del proyecto artístico de Jamp se remonta al 2005, donde comenzó junto al colectivo Chop-Shop y una crew de graffiti llamada Five Crew. Desde aquella época, el artista se ha planteado llevar el rap a todos los lugares posibles, mezclando la calle y la academia. Sus primeros pasos en la música le llevaron a buscar su propia identidad y espacio dentro de la escena del Hip Hop.
Su vinculación con otros movimientos contraculturales como el punk y sus múltiples influencias musicales, lo llevaron a forjar su estilo e intentar escapar del estereotipo del rapero:
“Este proyecto nace como resultado de varios años de búsqueda de identidad y madurez musical, llevaba años rapeando, escribiendo canciones, escuchando rap, grabando mis rapeos sobre instrumentales de artistas norteamericanos y europeos, probándome y convenciéndome de que tenía el talento suficiente para salir adelante en esta escena”.
Una mezcla de sonoridades en un álbum:
Las corrientes musicales y sonoras que son tratadas en Antítesis van desde el rap clásico hasta el trap y el drill, con elementos relacionados al funk, disco, hardcore punk y heavy metal. Esta variedad de ritmos se logró gracias al trabajo en conjunto de los productores Dabeat R y Skall. Ambos cuentan con una amplia trayectoria y reconocimiento, que junto a las letras de Jamp forman un complemento pulido y rico culturalmente hablando.
La dinámica, el orden del tracklist y las sonoridades del disco permiten disfrutar de distintos ambientes que contrastan entre sí. En un mismo trabajo hay cortos con una enorme potencia y distorsión de guitarras en “Porcelana” (con Germán Rachek y Anderson Moreno) o “Antítesis” (con Anderson Moreno), mientras que también encontramos momentos de mayor tranquilidad y suavidad de melodías en “Pasa El Tiempo” junto a la cantautora Diana Tovar.
La propuesta lírica se basa en experiencias y pensamientos del artista. Indaga en temáticas como el amor, las vivencias y las estructuras sistemáticas del mundo:
“Cada canción tiene su esencia. Por eso, la invitación de mi propuesta es la autenticidad, salir del molde, cuestionar los estereotipos, atreverse a retarlos y a ser uno mismo”.
La vinculación entre lo visual y lo musical:
La intención de conceptualizar el álbum viene de la mano con el trabajo de Juan Pablo Parra, director de arte que se encargó de crear videos para cada canción. El color rojo y las imágenes en blanco y negro priman en la estética del disco y busca ambientar el mundo que genera Antítesis. Cada sencillo tiene su correspondiente video con imágenes que provocan tensión. pasión, ira, amor y una explosión de sentimientos.
La fotografía y portada del álbum cuenta con los mismos tonos que los videos para determinar una marcada línea gráfica. En cada uno de los aspectos de la obra podemos notar una preocupación por los detalles y la unión de elementos que sin ser iguales pueden convivir dentro de un espectro compartido.
Un trabajo íntegro y pulcro es el que presenta Jamp, que busca posicionarse en la escena latinoamericana como uno de los artistas que no se cierran a ningún ritmo, con visión artística y un equipo de trabajo que ejecuta ideas a un alto nivel.