Tras cerca de quince años madurando una silenciosa presencia musical desde dispersos proyectos, Daniel Muñoz, conocido como LeSensey, presenta a sus 29 años su tercer disco solista: Al Otro Lado De La Vía, un trabajo que definitivamente representa un quiebre en su historia personal al contemplar la vida desde su actual perspectiva.
Por Darío Gutiérrez O. (a.k.a. Güissario Patiño).
Fotografías por AdomFilms.
“Creo que la conciencia humana fue un trágico paso en falso de la evolución. Nos volvimos demasiado conscientes de nosotros mismos, la naturaleza creó un aspecto separado de ella, somos criaturas que no deberíamos existir de acuerdo a la ley natural. Somos cosas que funcionan bajo la ilusión de tener un ser propio, una acumulación de experiencias sensoriales y sentimientos, programada para asegurarnos que somos alguien, cuando en realidad nadie es nadie. Quizás lo más honorable que podríamos hacer como especie es negar esa programación, dejar de reproducirnos, caminar de la mano hacia nuestra propia extinción, una última noche, hermanos y hermanas, excluyéndonos voluntariamente de un contrato injusto”.
Rust Cohle – True Detective.
Al Otro Lado De La Vía es una obra de quince cortes cuyos tópicos comunes convergen en esa línea de razonamiento: la respuesta y aceptación a todos tus cuestionamientos. Antes que ser LeSensey, Daniel es un ser humano con la urgente necesidad de sacarse lo que lleva dentro, por lo que no es casualidad que su última entrega musical le haya tomado tres años de búsquedas y replanteamientos. Aquí no se escriben verdades, pero sus propias conclusiones hoy cierran un capítulo, encontrándose en el centro del equilibrio antes de continuar su avance para explorar y descubrir qué es lo que hay en el otro lado de esa vía. Y es así como precisamente su disco no busca sorprender ni tampoco encontrar dónde encajar, pues sin alardes es como LeSensey demuestra que tiene la experiencia a su favor y en eso los suyos le respaldan. Domina la escritura inteligente, la que es capaz de desarrollar la idea en largos párrafos hasta sentir que está acabada. En sus rapeos fluyen inquietantes pensamientos que tal vez no vienen decorados con los flows más deslumbrante del panorama, pero los necesarios para entregarnos de forma lúdica y clara su mensaje. Posee “la maldita habilidad”.
AOLDLV es un trabajo en el que muestro muchos detalles de mi personalidad, mi punto de vista acerca del mundo y de lo mucho que cuesta encajar en la sociedad cuando eres parte de esa minoría que no gusta de lo que gusta el resto, buscando siempre hacerlo como yo lo haría, no como una copia de otro.
En su recorrido Daniel ha estado en la formación y replanteamiento de diversos proyectos. Uno de los más estables fue el grupo Metodología, con quienes alcanzó a editar los discos Metáforas (2004) y Sencillo (2007), mientras que entre sus antecedentes como solista se encuentran En Honor A Los Que Valen (2005) y Sin Disfraces (2012). Este último fue reversionado en el 2015 por La Trova De Lid, otro de los escapes creativos de los que forma parte y que este año oficializará el lanzamiento de su primera placa original: S.O.L.O., que por lo visto desde ya se debe tener en cuenta. AOLDV alcanza a concisar su historia artística individual antes de enfrascarse en objetivos más comprometedores junto a los suyos, es por esto que entre sus créditos figuran los nombres de los que siempre han estado. La producción musical corre por cuenta de Dakos en Masivo Music. En las colaboraciones están Ese Rocka, Mc Mos, Mc Warco, DeBajoCalibre y desde luego La Trova De Lid. Invitados muy acertados, que denotan conocimiento y cercanía hacia las ideas de Daniel. Los ritmos mayoritariamente fueron producidos por Dieguelz y Utopiko, aunque me parecieron venir reservados desde hace ya tiempo, con un estilo de sonido que te recuerda aquellos Beatminds del 2009-2010. Otros colaboradores en este apartado son Desouza, Dakos, Beatmosferah y Enfabeats.
LeSensey – Al Otro Lado De La Vía (LP 2017, Masivo Music)
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AOLDLV ofrece pasajes bien sensatos, que le cantan al entendimiento y superación de los procesos personales para aquellos que somos buenos para cocinar caldo de cabeza. Eso sí, es un disco lento y denso, como mirar “Hombre Mirando Al Sudeste”. Va en ti descubrir que es lo que quieres rescatar de esta ofrenda. En mi caso, me quedo con canciones como “El árbol” y “Sé que hay algo más”, o subrayar resoluciones como “eres todo lo que necesitas para ser feliz” para planteamientos como los de “Soledad”.