Ismael Cordero Herrera está en lo que podría entenderse como la etapa más próxima a la madurez de su historia musical. Él es otro más de aquella fecunda generación que se incorporó al Hip Hop con la llegada del nuevo milenio, acumulando a la fecha más de quince años de experiencia entre distintos episodios y proyectos abocados al rap. Hoy suma un nuevo capítulo con la publicación de Berserker, su segundo álbum en solitario, que nos advierte precisamente sobre ese “algo” que ya viene.
Por Darío Gutiérrez O. (a.k.a. Güissario Patiño).
Se le conoce mejor como Kérux y su alias resuena principalmente en los barrios del sector norte de Santiago. Es de Conchalí, y pasó de adolescente a hombre en compañía de Brodas MC’s, un grupo de rap cristiano con el que hizo sus primeros registros y presentaciones delante de un micrófono. El siguiente proyecto grupal lo mantiene desde el 2008 hasta el presente y se llama Gremio Bardo. A ellos los descubrí en la época de Rapjaus y los recuerdo principalmente por aquella canción que hicieron en homenaje a la inmortalizada casa del rap. Bajo ese nombre publicaron los discos Kilómetro Zero (LP 2011, Texastudio) y Las Plumas Del Fénix Negro (2016). Actualmente dicha formación la comparte con Fabrizio Valdebenito (Fivs) con quien mantiene una amistad que data desde el colegio, siendo el factor amistad la piedra angular para todos los proyectos en los que Ismael se ha visto directa o indirectamente involucrado.
CORDERO FUERA DEL REBAÑO
El rap de Kérux Bardo es sentencioso. Probablemente esa naturaleza tiene su origen en el contexto cristiano con el que se formó como persona y emcee, aunque sus líricas no vienen a profesar ninguna fe ni tampoco a darnos lecciones morales, aunque sí a hablarnos desde su percepción de lo consciente. En su década de escapismos en solitario se ve un claro replanteamiento que se libera de los dogmatismos propios de la religión, encausando a través del rap una renovada línea de mensaje cargada a los valores y también sobre aquello de hacer el bien. Ismael cultiva su espíritu con la misma disciplina y rigor que lo hace con su cuerpo. En el 2011, con la maqueta Asentamientos, ordenó aquella ensalada mental que significaban sus nuevas percepciones acerca de la vida con una recopilación de obras sueltas que simbolizaron su reseteo. El 2012 habló claro desde su Forzada Resiliencia, su primera entrega en larga duración que trabajó en conjunto a Nicolás Vera en Texastudio, cosechando pocas, pero positivas opiniones gracias al fundamento de la obra. El 2017 saca sus colmillos de oso con Berserker, un curioso álbum que persigue reivindicar el amor en estos tiempos, pero lo hace con su “flow enfadado”, aunque su escritura demuestra bastante cuidado y serenidad en el proceso mismo. Kérux ya no está tan resiliente como lo fue hace cinco años, sino que hoy se muestra dispuesto a enfrentarse a sus dualidades y desde ellas tomar fuerzas para continuar el camino o simplemente autovalidar su consecuencia. Sus canciones nos hablan sobre ser padre, pero sin dejar de ser hijo. Agradece a la vida, respeta la verdad, pero principalmente se afecta por la sociedad en la que nos hemos convertido. Ante eso quiere salir al frente como buen berserker, disparando juicios y desnudando nuestros actos con sus raps. Si bien el disco sabe cómo declarar sus buenas intenciones, indudablemente hacerlo en dieciocho canciones le resta potencia al meollo del mensaje. Probablemente su definición como emcee maduro llegará cuando sus propios filtros sean más exigentes y logre precisar el grueso de su mensaje en dosis más justas.
Berserker fue grabado, mezclado y masterizado por Javier Burgos Pérez (Javz Jokka) en 282 Estudio. El mismo es quien se encarga de los arreglos musicales y la producción de la mayoría de los ritmos, dejando espacio a aportes de autores como ElefGam, Matiah Chinaski, Maldito Fen, Shoshe y Morasdbeat. Las colaboraciones se mantienen dentro del cuadrante próximo al autor y destacan entre ellas los nombres de Dj Bas, Matiah Chinaski, La G, Andredan, San Lee, Trolando MR, Fivs y el propio Javz. De la obra se desprenden sencillos que vale la pena prestarles dedicada atención. Me quedo con algunos como “Prensa mental”, “Nada que quemar”, “Destrono”, el refrescante “No hay party” y también “Cuentas claras”, el cual cuenta con una realización audiovisual producida por Ermitaño.
KERÚX BARDO – BERSERKER (LP 2017, 282 ESTUDIO)
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