Sabiendo del viaje de Juaninacka a Chile, confirmamos la entrevista con un par de semanas de antelación. Ya en sus correos se mostraba dispuesto a colaborar con mi invitación, adelantándose siempre con sugerencias que cabían dentro de sus posibilidades de tiempo y agenda. Problemas con el vuelo de venida harían que su estadía se redujera, así que, con mucha suerte y voluntad, logramos coincidir unos minutos en su última mañana chilena. La calidad humana del tipo me dejó sorprendido. Venía de volver a situarlo en la cima la noche anterior cuando fui otro adolescente más de todos los que coreamos, saltamos o nos conectamos con lo más clásico de su amplio repertorio. Fue una jornada cargada de nostalgia, pero también de vida. Juani se mostraba en escena con más seguridad que nunca, cómodo consigo mismo y su gente. Cara a cara lo fue aún más. Afectivo y con un transparente sentido del humor, interesado y opinante, muy paternal en su recepción. No demoramos en hacer buenas migas. Una conversación sobre esto y aquello, un par de anécdotas para empatizar y algunas bromas menores, harían que fuera menos fría la situación de llegar a rescatar respuestas. Por lo demás, no iba con nada muy preparado, pero sí con algunas ideas bien presentes en la cabeza que un buen interlocutor como Juan ayudó a aterrizar para que la conversación fluyera como si nada. El hombre enciende su cigarrillo y yo presiono rec.
“YO SOY DE LA VIEJA ESCUELA”
Imagino que la llegada del Hip Hop hasta el 41100, conocido también como Coria del Río, fue aún más tardía o descontinuada de lo que ya era el germen en Sevilla. En este caso, ¿cómo te llegó a ti?
Coria está cerca de Sevilla, que es la capital de Andalucía. Lo aquí llamáis regiones, nosotros las llamamos comunidades autónomas. Es una ciudad importante dentro de España, pero está un poco apartada del resto. España es un sitio en donde las tradiciones están muy arraigadas. Lo que viene de fuera tarda tiempo en calar, pero incluso, aunque cale, eso no significa que a lo mejor vaya a tener apoyo institucional. El rap es una música que siempre se ha movido de manera subterránea, y si repunta de alguna manera, es porque hay gente que por sí misma tiene un talento que está por encima de la media, y con muy pocos recursos son capaces de hacer cosas grandes, ya sea también a nivel audiovisual, de diseño, de todo. Creo que mi primer disco de rap lo escuché con doce o trece años, con Dj Randy. Él tiene un hermano mayor que compraba lo que sonaba en la época. Hubo un pequeño auge del rap, que sonaba rap ochentero, que era entre el 90-91. De repente se vendieron vinilos, que eran recopilatorios que venían de Madrid o de Barcelona. Eso fue lo que nos hizo entrar en el rollo y nos pilló más o menos con esa edad. A partir de ahí ya empezó a llegar poquito a poco, con cuentagotas.
¿Desde Coria empiezan a sumar fuerza entre ustedes? ¿Se trasladan a Sevilla? ¿Cómo era la sinergia?
Claro, pero sin premeditarlo. Simplemente surgía así. Éramos pocos, pero de repente a alguien le llegaba una cinta grabada con Method Man, por ejemplo, y al otro mes le llegaba una de D’Angelo. Te enterabas que había alguien en un barrio de Sevilla que tenía no sé cuántas cintas, ibas para allá y te las grababas. Tú grababas lo que tenías. Cuando te das cuenta, pues ibas creando comunidad. Conocías a la gente de los pueblos y de las ciudades, al final te enterabas que habían conciertos y comprabas las maquetas de los grupos. Era un proceso así, escalonado. La gente iba para compartir la información.
Arman el Hip Hop, lo adaptan y luego empiezas a rapear. La tuya, me parece una carrera de vicisitudes. Muchos proyectos han ido quedando ahí, en los primeros strikes, supongo que a consecuencia de la misma hiperactividad. Desmigajemos desde tus inicios junto a La Alta Escuela, un boom local de fines de los noventa cuando compartiste una foto de portada con Randy, Tote King y Juanma, todos noveles hasta entonces. Se veían como un grupo prometedor para los movimientos que definían el rap de Sevilla por aquellos años, de hecho, En Pie De Vuelo fue el nombre del primer y único álbum que publicaron como tal el año 99.
La Alta Escuela era en verdad un proyecto de gente que nos conocimos de esa manera, compartiendo música o que nos íbamos cruzando y tal. Al final, formamos un colectivo, del cual quedamos los que hicimos el disco. El disco iba a ser una maqueta, pero la escuchó Acción Sánchez, y los que eran en ese momento SFDK–que eran Acción Sánchez, El Moro y Zatu— tenían medios y contactos para grabar, entonces nos propusieron hacer el disco. El Moro, que era el productor de SFDK en esa época, fue el que nos lió, así que grabamos la maqueta, pero en formato profesional. En realidad sólo habría sido nuestra primera maqueta.
A propósito, El Moro fue el productor detrás de las piezas a las que podríamos acusar como la base del sonido hardcore del sur de España, con discos como los de La Gota Que Colma, La Alta Escuela y los primeros de SFDK. Un legado influyente, bastante incluso por estos lados, del que nunca más se supo… ¿existe aún?
Como productor, hace muchos años que no sé nada de él. Para mí es muy sorprendente, porque jugábamos a hacer maquetas y ya está, pero cuando te enteras que en otro sitio ha tenido ese impacto o ha significado tanto, te preguntas por qué (risas).
¿No existía la proyección de querer llegar a algo más allá de eso?
Es que nosotros ese concepto no lo teníamos entonces. Éramos niños grabando y ya, pero no teníamos conocimientos de infraestructura, ni cómo contactar con un manager, ni cómo organizar conciertos. Digamos que no teníamos mentalidad de empresa, por llamarlo de alguna manera. Entonces, pues lo hacíamos y ya está. Nos llamaban para dar unos conciertos y tal, pero no era algo que tú te plantearás realmente como para pensar que te podías dedicar a esto o seguirlo como camino. Lo estábamos haciendo, y de repente, pues a otro le salía otra cosa que a lo mejor le interesaba más, el Tote se fue a hacerle coros a SFDK, Randy se ponía a trabajar… y yo también salía a buscarme las papas por otro lado. No daba el dinero, entonces, como cada uno estábamos en un sitio, pues llega el momento en que el proyecto se agota. Simplemente no continuamos por eso, no por algo en concreto, porque después todos seguimos teniendo relación, nos llevamos bien y tal.
“RAP, CONCEPTO ABSTRACTO, DEPORTE DE CONTACTO.
¿QUÉ ES EL RAP EN REALIDAD? PUES NO LO SÉ, LA VERDAD”
Es un inicio con muchas historias y antecedentes, porque ya se te consideraba dentro de las referencias más confiables del panorama español en los primeros años de la década del 2000, donde colaboraste en varios discos ficha de la época, pero en la individualidad tu carrera “profesional” aún no se iniciaba. El salto lo diste con Caleidoscopio en el año 2004, el que se considera como tu primera referencia editada y distribuida de una forma más masiva, por lo tanto la promoción ya contempla giras, contratos y entrevistas.
Sí, y eso fue porque había una marca de ropa que se llamaba Flama Wear, en la que su dueño tenía una tienda a la que le empezó a ir muy bien económicamente, entonces fichó a grupos. Me fichó a mí, a H Mafia… varios grupos de la época estaban por ahí. Zatu y Óscar también estaban mucho en la tienda. Ahí hubo la posibilidad de invertir, entonces él me pagó un estudio en Málaga. Yo me fui ahí con el Jefe de la M y Big Hozone. Ellos ponían producciones y ahí sí pudimos hacer algo más serio. Hubo promoción, hubo management también –los managers de SFDK de esa época, que eran Wild Punk— y ahí sí ya te enfocabas un poco más como un algo en que valiera la pena proyectarse. En ese sentido, pues ése fue el principio.
Coincide con esa exaltación sevillana en la que se publicaron muchas referencias para la que era en ese entonces la industria en España. Sevilla era una escena que se distinguía, que por lo demás se veía más cohesionada que la de otras ciudades. ¿Cómo recuerdas ese período?Creo que fue una serie de coincidencias afortunadas. Era simplemente una serie de grupos jóvenes, con hambre, que coincidimos juntos en la misma ciudad. Eso marcó un poco la pauta. Todos nos picábamos con otros. Tú escuchabas el trabajo de SFDK y querías hacer algo mejor, y Tote escuchaba tu trabajo y quería ser mejor. Mejor en el buen sentido. Todo eso formaba una energía de la que salían buenos trabajos.
Entremedio de ambas referencias queda Canciones De Ahora Y Siempre, la mixtape que lanzaste gratis con Makei el 2010. ¿Se cierra ahí el mismo capítulo?
Eso fue lo último que hicimos, pero lo que es Hellboyz me lo comí yo solo ya. Él estuvo en la producción de un tema, pero ahí dejamos de trabajar juntos y me lo he comido solo hasta ahora (risas).
“SI NO PUEDES COMPRARME, ¿CÓMO VAS A VENDERME?”
La promoción de Hellboyz siguió su conducto. Una vez más es Boa quien asume la distribución y ese 2011 queda como el año del último disco de Juaninacka trabajado en plan de industria discográfica. A mí me da la impresión de que desde entonces lograste finalmente sanar las heridas de todos esos tropiezos, liberarte en la forma de entender que sólo te interesa sacar los versos del alma, como dice el estribillo. Te descontaminas de todas esas experiencias tragadas a causa del modelo de mercado discográfico y reencuentras tu rumbo. En el 2012 te diste el gusto de presentar mes a mes las doce creaciones vertebrales del proyecto M.I.L.F. (Music I’d Like to Feel) y extender la producción y publicación de singles como forma de mantenerte en ejercicio activo. Te reencuentras con ese ímpetu más adolescente e incluso retomas en el 2013 el alias de Billy el Niño para sacar junto a Don Dinero el LP que quedó pendiente el año 2000, pero por lo visto, nuevamente se interrumpe el curso de esa alianza.
Sucedió que los proyectos de vida eran diferentes, porque Randy se fue a vivir a Barcelona poco después de acabar el disco. Teníamos ganas de hacer el disco ese porque había quedado la idea siempre pendiente. En ese momento él dejaba de trabajar con Tote y yo no tenía muy claro nada de lo que iba a hacer, entonces sabíamos que era el mejor momento, sólo que no pudimos darle una continuidad que fuera más allá de dejar grabado el disco, pero por circunstancias de la vida. Me hubiera gustado al menos dar cinco o seis conciertos, pero bueno, ha quedado el testimonio.
Yo creo que hay que tender hacia la autosuficiencia, a ser autodependiente. También hay que aprender de todo, tío. Tener conceptos de diseño, tener conceptos de edición de vídeos, tener conceptos de producción musical, de mezcla y de mastering. No limitarte sólo a escribir letras, sino que ser capaz de abarcar todo lo que puedas. Si puedes hablar con los promotores y organizarte tu concierto, hazlo también. Tienes que saberlo todo, tío, porque es la única manera en la que vas a conseguir funcionar en la manera en la que tú quieres funcionar y expresar las cosas de la manera en la que tú quieres hacerlo.
¿Esa autosatisfacción te da para vivir o al menos mantenerte alejado de los supermercados o los almacenes?
A ratos, no siempre. Hay veces en que tengo que trabajar, como hay veces en que si me cuadran varios conciertos, como por ejemplo ahora, yo me cuadro con ellos. Realmente, he empezado a disfrutar más de la música cuando me he separado un poco de ella. Cuando he estado trabajando por varios meses, vuelvo con más ganas después, como que lo cojo de otra manera. Es que llevo muchos años, tío. Es bueno alejarse de vez en cuando de las cosas para entenderte también un poco, cuestionarte y saber si realmente lo quieres seguir haciendo o qué quieres seguir haciendo.
¿Cuál es la manera con la que definirías tu postura, aporte, oferta, ideología… o llámesele como sea, entre la actual escena de Hip Hop en España?
Estoy luchando siempre por hacer lo que quiero. Intento que los demás perciban las cosas que yo hago de la manera en que yo quiero que las perciban.
Por lo general vas encontrándote con gente nueva para colaborar, teniendo a favor la posibilidad de hacerlo con otros colegas que masivamente podrían resultar ser un enganche mucho más atractivo en el que acomodarte. Como dices, vas haciendo lo que quieres. En este viaje a Chile se te ha visto cómodo y abierto a compartir lo máximo posible con la gente de su escena, sea detrás del escenario con los otros invitados, como bajo de éste para interactuar con el público. Hay una disposición en conocer y echar abajo barreras impuestas sólo por un contexto geográfico. Algo que se está dando mucho en estos tiempos, al menos dentro del Hip Hop de habla hispana. ¿Influye de alguna manera estar tan en contacto con el feedback en las direcciones que va tomando tu camino?
No sé si influye, pero lo que sí es cierto, es que creo que –en general– la gente que está conmigo me tiene bastante aprecio. La verdad es que eso me pone contento. Lo que busco sacar de todo esto al final es una experiencia positiva, algo que me llene, que me sirva para mi vida diaria. Al menos en ese sentido, creo que estoy haciendo las cosas bien.
“SIN TIEMPO NI LUGAR, CUESTE LO QUE CUESTE”
Sobe, es tu primera vez en Chile, ¿cómo te has sentido en esta visita?
SOBE: La verdad es que lo que les he estado diciendo a todos los que me han preguntado, es que la experiencia ha sido magnífica, con una acogida súper cariñosa por parte de la gente. No me esperaba ni de lejos que fuera a ser así. A diferencia de Juani, que él ya ha estado tres veces acá, ésta es la primera vez que venía. Siempre estuve dándole un poco de vueltas a la cabeza, con ese riesgo a lo desconocido, sabes, pensando en que nos podría salir mejor o salir peor, sin embargo, te vas de aquí como con pena, con pena precisamente por irte.
JUANINACKA: Ha sido muy loco, porque no hemos tenido tiempo de hacer nada. En ese sentido me da más pena por él.
SOBE: Perdimos el primer vuelo y al final vinimos dos días más tarde. No hemos podido visitar las ciudades ni relacionarnos tanto como quisiéramos con la gente de aquí, con los que hemos hecho ya, como se suele decir en España, amigos para siempre. Nos dicen que ojalá podamos venir pronto o más veces. Por nosotros, pues vendremos cada vez que nos llamen y ya.
No sé si estará más difícil económicamente, pero los conciertos internacionales hoy abundan en salas o locales con poca capacidad. Por lo general apuntan a públicos con mayoría de edad, mientras que los que son para todas las edades aún pueden repletar recintos grandes con un cartel de raperos chilenos únicamente. Sin pagar pasajes y estadías, debe ser un mucho mejor negocio para los que sacan beneficios de esto. Lo ideal en estos casos, basándome en varios ejemplos que he visto ahora último, es aprovechar el vuelo y empezar a moverse entre los países de este lado. ¿Cómo encontró a Juaninacka este reencuentro con tierras americanas?
JUANINACKA: He tenido bastantes ofertas. Cuando se corrió la voz de que venía para acá, me preguntaron de países como Perú y Argentina, se cayeron unas y no se cerraron otras. Lo dije en una entrevista cuando vine en el… ¿2008? – Hermano, cómo pasa el tiempo, tío (risas) — Dije que creía que el futuro del rap estaba en Latinoamérica. Creo que el tiempo me está dando la razón, porque es un continente que habla el mismo idioma. Eso está bien, porque todos tenemos una puerta abierta, pero yo creo que aquí está pasando lo que ya pasa en España. No sé si es que ha tocado techo, o que hay muchos grupos, o que ya la gente ha perdido la capacidad de sorprenderse. Creo que todos esos son ciclos en la música. También creo que en Chile el rap está muy vivo. Me da la sensación de que la expansión es como pasó en España hace diez años, que estaba toda la juventud volcada con el rap, tío. Se hacían festivales como el Cultura Urbana, donde iban veinte mil personas, sabes. Todavía se hacen festivales como Viña Rock o Territorios, donde van miles de personas solamente a ver rap, pero no es lo mismo ya, como que se ha perdido un poquito el misterio. No sé si a lo mejor eso es lo que está pasando un poco aquí.
Yo diría que aún no, pero al ser conciertos que van a públicos más adultos, puede que haga más selectiva la afluencia. No son pocas las fiestas que se hacen. Hace una semana estuvo Dj Premier, estos mismos días está Foyone y dentro de unas semanas será el festival Frontera, con B-Real, Kase.O Jazzmagnetism y SFDK, entre otros. Ahí ya también depende de la capacidad del bolsillo de cada quien. No sé si también lo sentiste por parte del público de anoche.
JUANINACKA: En comparación a mis experiencias anteriores, sentí que este público tenía otro feedback, no sé, era gente que realmente quería vernos. No se dejaban llevar a lo mejor porque tenía un artista de turno. No, era gente que realmente quería verme y que iban a apreciar si yo hacía un buen show o un mal show. Era un público experto, sabes, con mucho conocimiento. El hecho de haber dado un buen show en esas condiciones es lo que a mí más orgulloso me ha hecho sentir. En estos viajes, normalmente procesas la información cuando ya estás en casa, porque pones todo en orden y te vas acordando de las cosas, por eso ahora, que todavía estamos metidos en la bulla, las impresiones que podría compartirte son sólo esas. El público nos ha mostrado mucho respeto y afecto, además hemos podido estar con ellos. Nos hemos sentido como en familia. Eso es lo que nos llevamos.
SOBE: Justamente. Cuando salen fechas aquí en Latinoamérica, hay una cosa muy potente que tenemos todos los países latinos al fin y al cabo, que es el lenguaje, la manera de entendernos, no tener que emular otro concepto ni adaptarte a la cultura de otra persona. Eso lo llevamos todos en el interior. Nos entendemos súper bien en todos los países, sean de Latinoamérica o en España. Entonces, venir aquí es fácil y te vas súper cómodo, te vas a gusto. Como dice él, seguramente que cuando lleguemos a casa y nos sentemos, nos relajemos, empecemos a analizar y poner las cosas en orden, te darás cuenta aún más de lo guapo que ha estado todo aquello. Anoche, después del concierto, estuvimos compartiendo con todos los artistas que estaban en el backstage y después nos fuimos con ellos a dar una vuelta, porque necesitábamos respirar, relajarnos, disfrutar un poco. No nos habíamos podido dar el tiempo de convivir con ellos ni poder relacionarnos, lo cual ya necesitábamos. Te vas con la buena sensación de que puedes hacer amigos para toda la vida.
JUANINACKA: Además de que tenemos todo en común. En realidad yo tengo más en común con el Rah, por nombrarte a uno, que con la mayoría de los vecinos del pueblo en el que vivo. Tengo un lenguaje en común con él, mientras que todos los días me cruzo por la calle con gente con la que ni siquiera sé cómo hablarles. Vas a otro país que está a miles de kilómetros y en cinco minutos eres capaz de crear esa conexión, de hablar con familiaridad y fluidez.
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Lo siguiente fue seguir conversando como si estuviéramos cambiando el mundo con algunas botellas de vino vacías sobre la mesa, pero nada de eso había. Compactamos una productiva reunión en poco más de una hora, donde tuvimos tiempo incluso para hablar algo de realidad política y social, descubriendo mucha similitud entre los escenarios de ambos países, aunque manifestadas o maquilladas de distintas formas. Juan manifestaba su asombro por lo caro que es un país como Chile, pero más desconcierto le causó cuando le comenté del rango en el que se mantienen los sueldos, a lo que rápidamente sacó su celular del bolsillo para hacer la conversión en euros e intentar descifrar cómo puede vivir la gente en este país. Opinamos también de sus últimos trabajos, mostrándose muy abierto a recibir comentarios y bromear al respecto. Queda claro que, pese a las canas, la carrera de Juaninacka está muy lejos de ver su final. A diferencia de muchos de sus pares en edad madura, él es un escritor que no teme al agotamiento de ideas ni se reserva el talento esperando la mejor oferta. Por mi parte no quise abusar más de su escaso tiempo. Era el precio a pagar por haberme retrasado una hora a la reunión. Él ya estaba comprometido con Aerstame para almorzar y compartir humanamente la amistad que se inició con su colaboración para el álbum Contraforma del emcee de Movimiento Original. Yo estaba más que conforme con la cuña conseguida, así que muchas gracias Juan, y será hasta una próxima.
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