Como es de esperarse para un primer disco, iL’ Cuervo no logra desligarse de la etiqueta de carta de presentación, pero ésta es un presentación que habla muy desde las entrañas, demasiado diría yo. Campo De Maíz es un trabajo cíclico, similar a la experiencia de una psicoterapia que te encuentra hecho un atado de cuestionamientos y confusiones, para ir ordenándolas poco a poco en el trabajo del autoanálisis, y que sin darte cuenta te da el alta, volteas para ver el recorrido y descubres que, a pesar de mantener los mismos fantasmas y demonios merodeando tu entorno, haz obtenido las herramientas esenciales para aprender a convivir con éstos. Es una introspección morbosa, sin duda alguna, de carácter proactivo, donde iL’ Cuervo es paciente y doctor, desplumándose en cada escritura para encontrarse a sí mismo en el rap, el único lugar donde se siente seguro, según afirma.

Me parece que Campo De Maíz tiene cuatro puntos clave. El primero de ellos es “Paranoico”, track de batalla para el día a día del rapero adulto y despierto, mas no libre, capaz de identificarse con frases como “humillaría a mi jefe en una improvisación”, que grita uno de sus párrafos. “Cárcel del norte”, mi tema favorito. Aquí se refleja el desencanto en su expresión máxima. Definitivamente el tema más social del disco, pero no es protesta ni conciencia, nada de populismos, es la simple crónica de nacer y condicionarse en un pueblo marginado como Colina, en que el autor celebra en sí mismo tener la capacidad de liberarse, al mismo tiempo que lamenta que ésta no sea para la mayoría una opción. La piedra angular de la sombra de este carroñero habita en “El retorno del cuervo”, uno de los relatos más crudos del proceso. Nos encontramos con una dualidad que sitúa al concepto y simbolismo de “cuervo” desde dos miradas: causa y efecto, razón y perdón, ira y consuelo, herida y cicatriz. Interprétalo como lo prefieras, no sin darle el giro de tuerca que amerita esa narrativa. Finalmente, “Resiliencia”, que es la calma después de la tempestad, coincidentemente el cierre el disco. Muchos cabos escritos entre líneas a lo largo de esta producción logran atarse. iL’ Cuervo, conciliador, suspira finiquitando un objetivo quizás para muchos simple, pero que en este caso necesitó de muchos años de ahogo y vacío, acto que lo valida como escritor nato y emcee en pleno despegue.

Una camada interesante de exponentes de Hip Hop se está formando en Colina. iL’ Cuervo es uno de ellos, y compañeros de camino como Andrés Bate, Jackzn y SiberioBeats lo confirman. Importante es el hecho de definir una identidad de raps en un primer intento, lo que creo se logró con Campo De Maíz, aunque mejor hubiese quedado con una única, por ende más dedicada, dirección en el apartado de la producción musical. El álbum se trabajó de principio a fin en Tercer Mundo Studio, con Mauro Cárdenas en la grabación, mezcla y masterización. Cuenta con la colaboración de Leo Cifuentes en los arreglos de guitarra para el track “El retorno del cuervo”, y la participación especial de Dj Asuan en tres de los cortes del disco. Finalizando su reproducción te deja con ganas de más, creyendo incluso que pudo haber sido fácilmente un LP, pero es probable que el autor haya preferido que está lápida se inscriba así, y en adelante proyectar su carrera con nuevos y mejores aires. Sólo espero que esa próxima aparición no deje pasar mucho tiempo antes de concretarse.