“Alguien
tenía que decirlo y con urgencia: se perdió el mensaje, se perdió la esencia…”
reclama agobiante el rapero Sebastián
Fernández en el estribillo de “Alguien”. Aquella frase resulta no
ser del todo tan desesperanzadora, ya que la idea concluye con la
autoafirmación “…y ése alguien soy yo,
pues poseo la experiencia”. Con esa fórmula podríamos decir que se define
el contexto que engloba a AIRESdeARIES, la segunda placa
discográfica presentada por el emcee mejor conocido como Zebatack, la cual fue estrenada a mediados de noviembre pasado.

Por
Güissario Patiño | Registros audiovisuales por Felipe González López
(Firmepro).

El manifiesto del autor en esta producción es de
quien está en un conflicto moral por su desencanto con la escena, o más bien,
con la actitud de quienes la conforman; pues entrando a la tercera década, el
entorno, las situaciones y las prioridades, no son las mismas quizás que hace
una quincena de años atrás cuando se era adolescente e idealista, sin embargo
Sebastián, soportando las mismas responsabilidades que el común de las personas
en esa etapa de la vida, maldice la conducta de aquellos que hoy faltan a su
consecuencia, tranzando sus valores a cambio de encajar y ser figura en
vanidosos círculos sociales: “El rap
terminó enfermo, lo vendieron a las discos y lo olvidaron en cuadernos”.

El carnero regresa con un enfoque
ciertamente más unidireccional del que nos concedió en el 2009 con su predecesor
disco Sólido. Esta vez Zeba
ataca primordialmente la tendencia farandulezca reinante entre los mismos
personajes con quienes comparte generación. Las luces, las estrellitas, la
inflación del autoestima, el cinismo, la cocaína y, sobretodo, lo vacío y
superficial del mundillo nocturno en que algunos convirtieron al Hip Hop, son
argumentos claves para detallar la fuente de inspiración que valió para que el escritor
del sector oriente se decidiese a romper con tan insustancial estigma;
fraguando un disco que nos renueva la fe, que no simpatiza ni perdona en sus
textos las viciosas corrientes propias del fenómeno de la música de club, pero
que de forma contradictoria reposa su discurso sobre originales y frescos
ritmos que incluso harían bailar al más arisco de los puritanos, traduciéndose
dicha incongruencia como la característica más interesante y fascinante de todo
el concepto discográfico en sí.

Con AIRESdeARIES Zebatack da un golpe infalible
dentro del género, siendo el disco que tanta falta le hacía a su carrera para
revalidar y consolidar sus tributos como el letrista e intérprete que siempre
ha sido; justificando también que todos estos años de escuela, entre búsquedas
y progresiones, para nada han sido en vano. En él, defiende su convicción con
sabiduría y elegancia, pero a la vez con imponente ferocidad, cual Mu de Aries
lo haría batallando en la primera casa de zodiaco. Estrictos e inmisericordes son
los párrafos de “Alguien”, “Como jugando”, “Dan pena”, “Fuck
School” o “Al rap lo enfermaron”, en donde se aprecia lo perspicaz y
satírico de aquella faceta sentenciosa del autor, como de una forma más
ingeniosa lo expone en “Allá abajo, en las nubes”, una irónica
contemplación a lo odiable que puede llegar a ser el ego trip intrínseco de todo rapero relatado desde la primera
persona. Pero no sólo de castigador vino el ariano, pues también nos invita a
volar, a sentir, a conectarnos con las simplicidades de la vida y descubrir que
nuestros problemas no son del todo una pesada cruz de acero con la que hemos de
cargar. Declaraciones como el single “De otra galaxia”, y también otros
aportes como “Fe”, “Buen día”, “Yo y los míos” o “Así
da gusto”, nos dotan una cuota de positivismo necesario, indispensable
para iniciar con buena cara otro día más de labores, lo cual desde ya es motivo
de gratitud  y correspondencia a quien es
capaz de concedernos este tipo de alternativas.

El apartado musical juega mucho en el producto
final. Me agradó escuchar a Zebatack experimentando
y rindiendo de pleno en estructuras diferentes de las que le conocíamos de
antes gracias a las producciones de Andrés
Avellán –sin desmerecer, ya que sigo firme en mi creencia de que él es uno
de los que verdaderamente saben de esto—. Sin embargo, la energía y
rejuvenecimiento de las bases de Borderline
(Utópiko & Dieguelz), evidentemente marcaron en él un desafío mayor
para sus capacidades artísticas, que enlazadas a las líneas rítmicas de colaboradores
como Maka Meléndez, Vanessa Valdéz, Dj Tanly o Gabriel Muñoz (High
Beatz), moldean un concepto musical inédito y oportuno. Otros que comparten su
grano de arena en los ritmos y esbozan a la vez variedad en el sonido son Intelligent, Crimental, Macrodee y Cevladé. Sobresalientes son
colaboraciones como las de Epicentro,
Erkast (Sacerdotes De La Rima), y también
Cevladé (aunque “Al rap lo enfermaron” no
nos ofrece precisamente el mejor de los estribillos).

En resumidas cuentas, AIRESdeARIES es un disco que no se
puede dejar pasar, que con justa razón amerita su tiempo y espacio en nuestros
reproductores. Aunque a ratos puede caerse en reiterar rimas que ya se han
hecho conocidas, logra sujetarnos para esperar su continuidad en un próximo
lanzamiento de su autor y de paso dar lugar para enmendar esos pequeñísimos
detalles. De todas formas, lo que venga después de esto nos lo dirá el tiempo y
la voluntad del propio Zebatack, por ahora queda solo disfrutar de esta honesta
entrega presentada por un emcee que nos demuestra que pese a los años y las circunstancias,
jamás ha perdido la prodigiosa cualidad de “mantenerlo real”.

TRACKLIST: ZEBATACK – AIRESdeARIES (LP 2011, KASATACK)