La Melankolía Jarkor De Septiembre fue el preludio que marcó la decisiva transición entre el entibiado Cevladé que hace año y medio se regocijaba en las pompas de su Coronación, con el que hoy se repatría en lo más umbroso de sus emociones para encarnarlas en la escritura de Rapeando Bajo La Lluvia. La misma tonalidad que tiñó obras como Niño Muerto, Lalalá (Crónicas de un niñoxico) e incluso el satírico Demonio Maravilla; vuelve en gloria y majestad, pero con una oportuna cuota de lucidez y amplitud adicional.
Por: Güissario Patiño.
* Entrada escrita para la sección “Desde La Celda de Bob” del sitio internacional Larepublicahiphop.com
Para su séptimo larga duración como solista, Cevladé repara en una cuidadosa elaboración de textos, recompensando su bagaje como profesional y artesano de las artes escritas; encomendando como en antaño el trabajo instrumental a terceros, siendo en este caso respaldado por el maestro Andrés Avellán, Borderline (Utópiko & Dieguelz), Baseh y RTTC Comité, para responsabilizarse sólo de 3 de los 12 tracks que componen el álbum.
Acontecimientos personales fehacientes del último período vuelven a ser de materia prima para continuar la melodramática narrativa de la línea editorial que rige a sus creaciones, reinando un explícito contexto de desencanto amoroso que revela su faceta más misógina en canciones como “Ahora quieres que vuelva” y “Te quiero”, concluyendo con este capítulo de una manera más racional con “La odisea (pt. 4 y final)”. Indistintamente lo hace para encajar dentro del conjunto una ventana que descubra con agudeza algunas versiones más íntimas de sus apesadumbres, como lo es en el caso de “Fade out”, “Mil historias” y también del sencillo que le da nombre al disco: “Rapeando bajo la lluvia”.
“La verdad es que refleja momentos y situaciones bastante personales. Me fui en la volá, las mezclé con algo de ficción, saqué algunas rabias… jugué bastante. (…) Me sentí presionado en un comienzo. Tuve una sequía enorme, como de cinco meses, sin poder escribir, pero el deseo era espantoso. Fue terrible. Cuando abandoné la presión pude fluir, porque en verdad ya no me importaba que a la gente le gustara ó no el disco. Sé que hay mucha gente que apaña, los aprecio y les respeto eso, pero mi música la hago para mí. Es fantástico poder compartirla y más fantástico poderse conectar a través de ella y saber que no se está solo, sin embrago, todos los temas los hice pensando en mí no más. Suena egoísta, pero es cierto.”
Menos quisquilloso que en el anterior, pero sí más asertivo y afilado para poner sobre la mesa las cartas que tipifiquen su visión del actual movimiento Hip Hop en Chile, es lo que al menos nos esclarece el discurso de “Odio inventar coros”, canción que hace mérito para convertirse en una de las mejores del disco. Al igual que “De puro ye-ye”, la que saliéndose un poco del guión, no logra ser empañada por el resto de las temáticas, pues la inyección de frescura que aventura aquella única colaboración en raps a cargo de Krosty Deem (Auuu) son descolocaciones necesarias para suceder algunos más espesos como “Amén”, así también con “Quieres ser mi amante”, tamaña banda sonora para los coitos que sólo tropieza en una mejor elección para los acompañamientos que le den más credibilidad y complicidad al llamado intrauterino de una auténtica alma de guarra.
“Me preguntaron por qué no incluí algo más “social” o si no mencioné lo del conflicto estudiantil, es muy simple: odio el populismo y no haré lo que hicieron otros, que fue utilizar a este movimiento social con propósitos personales. No me colgaría de algo así porque lo respeto y comparto el planteamiento, un tema mío no es necesario, no sería aporte. El movimiento tiene fuerza suficiente, sin embargo, hay varios que se llenan la boca y sus temas con esto para lograr colgarse y ser más “conocidos” o “respetados” por considerarse “conscientes”. Yo me desmarco de eso, no quiero categorías para mi música y ciertamente no me colgaría ni utilizaría para beneficio propio un movimiento tan importante e histórico como este.”
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Rapeando Bajo La Lluvia cumple con las expectativas básicas que se pueden esperar de un nuevo disco de Cevladé, que carece de orden lógico sí, pero que no da chance al error ni al vacío de espacios. Es un disco meditado, que escapa de la rima predecible, que muestra a un autor cáustico, desvergonzado y que cínicamente tiende a refugiarse en la sensatez. Que no puede ocultar su comodidad en escribir sobre sus propios ritmos y sin intervenciones secundarias, a pesar de componer auténticos hits con sus colaboradores, los cuales van más allá de la producción musical, pues porque además ambiguo es el espectro de patiños que le escoltan, destacando primero que todo a los deejays Transe y Matz, para seguir con lo hecho por el gran JP Saavedra, OrigenBeats, Coni González y Omega de Estrellas Del Porno. Disfrútenlo.
“No pretendo conseguir nada, solo lo hice por placer y porque mi alma me gritaba cosas con tanta fuerza que me hería por dentro. No quiero que más gente me conozca, no quiero salir en medios, no quiero tocatas… nada de eso; lo hice por gusto y necesidad, la necesidad de calmar mi alma.”
buenisimo
Naa ke decir, Cevladé sabe mucho !