Entrevista a Dj Manuvers

A sus 31 años, Francisco de Pablo o Pancho, goza de la vida que todo rapero ha querido llevar, y es que con casi 20 años de trabajo incesante a la espalda no pueden ser otros los resultados que se podrían esperar.
De nacionalidad chilena, fue a los 8 años cuando emigró definitivamente a los Estados Unidos para erradicarse junto a su familia en Miami. Desde los 13 años comenzó a desarrollar sus inquietudes musicales, canalizándolas en el arte de la mezcla musical; Pancho quería ser disc-jockey, Pancho pasaba a ser en adelante Dj Manuvers.

Entrevista realizada por Güissario Patiño en enero del 2011

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Lo que comenzó como un hobby  y una excusa para ir a fiestas, se convirtió luego en parte fundamental en el desarrollo de su amor por la música y los beats. En el año 1999 comienza su experiencia como productor. Manuvers hizo la progresión natural del pinchadiscos al productor, aprovechando el conocimiento del hombre detrás de las tornamesas y los vinilos, traspasándolos al que construye música a través de ellos utilizándolos como una herramienta más.

El 2001 se hizo el copropietario del ahora desaparecido sello Counterflow Records, mientras por otro lado liberaba sus inquietudes como artista en solitario con el sello Botánica del Jibaro. El sello Counterflow sacó a la luz más de 50 títulos y se hizo un gran nombre dentro de la crítica especializada, tanto por la calidad en la música, así como en el arte y el diseño de las portadas de sus discos. 


Se dice que creativamente hablando, la era de Counterflow fue la época dorada de sus protagonistas, pues la escena mundial se maravillaba ante la perpetua corriente de ideas materializadas en producciones editadas, a lo que el mismo Manuvers reconoce que la inmadurez de edad fue la principal causa para que el sello dejara de funcionar “Estábamos viviendo un proceso creativo a full, no parábamos, sin embargo alguien tenía que hacerse cargo de la otra parte que conlleva una empresa discográfica. Nadie quería tomar esas riendas, éramos jóvenes y esa responsabilidad se veía como algo muy lejano, muy de adulto. Sólo queríamos seguir haciendo música”. 

El sello Botánica del Jíbaro – dirigido desde un principio por Manuvers — estaba perfilado a propuestas musicales con mayor poder de mensaje, siendo sus principales referentes otros raperos latinoamericanos erradicados en Norteamérica, que compartían vínculos amistosos también con su director. Con el tiempo, este proyecto quedó en stand by y a día de hoy es una etapa pasada, pues Manuvers ha seguido explorando nuevos terrenos y traspasando fronteras ligado siempre a la música. Otros sellos que han editado sus creaciones son: Merc (USA), Project Mooncircle (Alemania), RL66 (Japón), Potoco Discos (Chile) y Sudamétrica (Argentina).

En la actualidad ha lanzado su nuevo sello Hometeam Music, mientras reparte la mitad de su semana en los mejores clubs de Miami como deejay. Manuvers ha logrado mantener una ventajosa estabilidad  laboral, cuenta con la tranquilidad de vivir haciendo lo que mejor sabe y dejando tiempo siempre para esas nuevas ideas.

Motivo de su última visita a Chile, recibí el llamado de Nick Calaveras para programar una cita y registrar las experiencias de Dj Manuvers en este pequeño espacio. A pocas horas de tomar el vuelo que lo llevaría de regreso a la ciudad del sureste de Florida, Pancho nos brindó un poco de su tiempo y con la mejor disposición hizo fluir sus ideas en la siguiente conversación.


Descubriste el Hip Hop absorbiendo toda fertilidad de una escena tan firme y consolidada como lo es la norteamericana. En ese tiempo eras un preadolescente que ya dejaba atrás el periodo de adaptación que significaba para un sudaca reinsertarse social y culturalmente en la vorágine de la primera potencia mundial, era la hora de salir a la calle a buscarse una identidad y un nuevo pasatiempo que compartir con los amigos ¿Qué te llevó particularmente a realizar esos primeros contactos con la cultura callejera?

Fue más que nada por mi interés en los equipos de música y ser deejay, el hermano mayor de un amigo lo era y por eso nos metimos nosotros.
Déjame claro si ¿hablas de deejay en el sentido de mezclar y poner música en fiestas o ya meterte de lleno en el tornamesismo y toda esa técnica relacionada cualquier pinchador de discos?

En general era poner música, no era tirado ni pa’ lo uno, ni pa’ lo otro – puede que no haya sabido nada de eso – Lo que quería era estar encargado de poner música, y mí gusto de música particularmente, pero tampoco creo que eso era algo muy definido en el momento. En ese entonces era más pegado a la onda de Miami, que era mucho miami bass, con grupos como 2 Live Crew, o un montón de cosas locales que era lo que se estaba escuchando, era lo que pegaba fuerte en la radio cuando íbamos en el colegio. Fue en la época del 91-92 más o menos cuando nos empezamos a meter de alguna u otra forma en la música y ponerla en las fiestas.
Háblame de cuando esta curiosidad juvenil empezó a tener otros trasfondos, cuando ya no sólo con mezclar música apagabas esas ansias, sino que en tu cabeza ya se había formado una idea de lo que la palabra Hip Hop podía significar ¿Qué recuerdos conservas de la forma en que se vivía el movimiento por aquellos días? ¿Cómo era el entorno en que te desenvolvías? ¿Quiénes lo conformaban?

Fue bacán, porque me empecé a meter mucho más de cabeza en la escena y en el movimiento musical. Partí poniendo música y luego haciendo Breakdance, con el break me puse a coleccionar discos de Hip Hop y formarme un criterio propio, una identidad con gustos más específicos, entre estos estaban artistas como Black Moon, A Tribe Called Quest o Jeru The Damaja; esos fueron los primeros discos elegidos por mí, con ellos se podría decir que inicié mi vida en esta cultura más de lleno. Antes era sólo miami bass y otras cosas que comprábamos para tocar en fiestas que eran de gustos más generales, tocábamos un poco de todo.

Más que nada éramos todos amigos de la zona, del vecindario. Nos juntábamos con otros breakers que íbamos conociendo, nos reuníamos todos los viernes y sábados por la noche en un local cerca de mi casa que era súper conocido y ahí bailábamos. Cada semana mostrábamos alguna güeá nueva, fue una época en la que vivimos muy fuerte la segunda ola del Breakdance, la que entró a mediados de los noventa, ya que luego de su boom en los años ochenta se había extinguido un poco. Todo esto mezclado también de alguna forma con el graffiti, quizás no tanto con spray en mano propiamente tal, pero sí con la inquietud de dibujar y diseñar mis propios bocetos. Me metí bien metido en la cultura Hip Hop, entre deejay, break, graff… y puede que haya rapeado por ahí (risas), pero freestyles solamente para pasar el tiempo.

Imagino que con el tiempo fue normal que te interesaras en saber si en tu país natal existía algo similar y de qué manera esto se desarrollaba ¿Cómo te las ingeniabas para recibir información sobre lo que estaba sucediendo en el otro extremo del polo?

Al principio no fue una cosa como de ingeniármelas, sino fue que me empezaron a pasar música de Chile que en el fondo no pesqué mucho. Había un salto de progresión gigante, no había comparación. No lo digo en mala ni nada por el estilo, pero en ese tiempo mi parada era “no tengo ganas de escuchar esta güeá, si en este minuto acá está saliendo esto”. Tengo un cariño muy grande por la era de principios y mediados de los noventa, para mí salieron álbumes increíbles, entonces en ese tiempo escuchar algunas cosas de Chile era como un paso para atrás, no me interesaba lo que estaba pasando.
¿En algún momento hubo algo que te haya hecho cambiar de parecer, como para que años después realices las conexiones que a la fecha se te conocen?

Esto cambió en la época que creo que a los mismos chilenos les pasó con un disco de rap nacional, un primo me regaló el álbum Ser Humano de los Tiro de Gracia cuando salió y ahí recién me empecé a interesar por ver la evolución que estaba viniendo. Estaba bien producido, bien hecho, no era necesariamente era de mis gustos personales, pero se notaba una buena pega.

Si revisamos tu historial nos encontramos con una serie de logros y responsabilidades no menores para el curriculum de un productor nacional cualquiera, entre ellos están tus funciones en los ya desaparecidos sellos Counterflow Records y posteriormente en Botánica del Jibaro, la aceptación – y por consecuencia – ingreso de tus producciones en los mercados japoneses y europeos, además de hacer del tuyo, un nombre de prestigio y calidad en la escena norteamericana y buena parte de Sudamérica.
¿Pudo haber sido para Dj Manuvers una desventaja el haber desarrollado su carrera en Chile?

Yo creo que sí (risas). Si me hubiese quedado aquí definitivamente me habría costado más. Primero es por una cosa de contactos, y otra también es como la gente acepta la música que viene desde Estados Unidos, es mucho más fácil entrar a potencias como Japón o Europa si eres un productor de Estados Unidos que si fueras de otro país. El nacimiento de esta cultura viene de ahí, entonces la gente acoge más la música que viene desde ahí… es muy huevón, pero así pareciera que funcionan las cosas (risas).
Sin olvidarnos de la forma en que se mueve la industria…

Claro, tiene mucho que ver con eso también. El estar vinculado con ciertos sellos obviamente me sitúo en una posición favorable, pero por lo mismo nosotros nos preocupamos de tener un nivel de profesionalismo y de calidad, tratar nunca bajarlo y mejorarlo siempre, por eso creo que se mantuvo lo que hicimos por mucho tiempo. El querer mostrar un producto de calidad fue alguna de las primeras cosas que nos propusimos.
A pesar de tu permanente contacto con artistas nacionales, aún no has concretado la edición de un disco en Chile que sea realizado en conjunto con alguno de ellos. Sólo te hemos visto en la co-producción de algunos sencillos de personajes como Hordatoj, Seo2, Juan Sativo o Anita Tijoux; pero aún no existe la edición de un trabajo más completo. ¿Hay alguna razón para que esto sea así? ¿Existe la idea de un futuro proyecto en la agenda?

En este momento no se ha dado no más, pero quién sabe. De repente me complica un poco la idea de trabajar con artistas chilenos un proyecto entero, porque me ha costado encontrar a alguien con quien tener un buen ritmo de trabajo; he trabajado ciertas canciones con gente, pero en términos de un proyecto aún no ha aparecido. Trato de tomar la música que hago como algo muy serio, de hecho, ése es mi trabajo junto con tocar música en fiestas como deejay; entonces, si no siento que la persona con quien estoy trabajando está poniendo el mismo empeño, o la misma fuerza que yo… siento que estoy perdiendo el tiempo (risas). ¿Me entendís?
En este minuto no hay nada en vista, ningún álbum ni nada. Creo que hay caleta de gente que está haciendo cosas buenas y que tiene que seguir adelante. Pero sí con diferentes artistas siempre estamos viendo el hacer canciones, quizás algo con Hordatoj para el próximo álbum, con Anita siempre tenemos cosas pendientes aunque nunca concretemos nada (risas), pero más que nada tenemos una amistad, no es necesariamente la música lo que nos conecta en términos de tener que trabajar juntos. Con Pato Dus y Gen de FDA hemos hecho algunas cosas, me gustaría hacer algo con Epicentro, pero ése es muy difícil de ubicar, siempre se desaparece (risas). Con el Juan (Sativo) sería bueno trabajar otro tema como el que hicimos con el Nico (Nick Calaveras) y el Camilo (Tea Time). Siempre estoy abierto a trabajar con gente, pero hoy en día estoy eligiendo más con quien lo hago en vez de querer ayudarlos de buena onda como lo hice varias veces. He tenido la experiencia de querer respaldar a muchas personas que dejan el trabajo botado a la mitad y sinceramente ya no tengo tiempo para eso, no me interesa… tengo un montón de otras güeás que hacer, no tengo por qué estar regalando pistas (risas). Haciéndolo bien directo y corto, di la opción de trabajar a mucha gente que si no se subió bien a la micro… se fue no más.
De ser así, es posible afirmar que caso contrario fue con el argentino Mustafá Yoda, con quien editaste en el 2008 el álbum Imaquinar (Las máquinas nos imaginarán). Esta producción tuvo una fuerte acogida por la crítica y en poco tiempo logró convertirse en una de las principales referencias a nivel Latinoamericano. Aquí pudiste trabajar codo a codo con otro par sudaca y conseguir tales resultados que te respaldan.
Claro, de hecho, originalmente ese disco tenía que ser yo como productor y dos emcees. El otro emcee es un muy buen amigo mío de Miami que es colombiano, pero que tuvimos que sacar de la ecuación porque él no estaba trabajando al ritmo que estábamos trabajando nosotros. Una cosa es ser amigo y la otra es ser profesional, más que todo por el hecho de querer avanzar, seguir adelante y sacar material. No te puedes atrasar por estupideces, está bien si te demoras tres años en hacer un disco porque realmente fue el tiempo que te demoraste en terminarlo, pero si te tomas el tiempo en no hacer nada, o hacer que todo vaya más lento poniendo “peros” no avanzas. Por ejemplo, Mustafá es lento también para escribir, pero es porque es perfeccionista para trabajar y cuando termina la letra logra causar sensaciones con el producto final, a mi gusto es bueno. Terminamos de grabar y hacer todo como en un año, pero se venía de un poco antes, él tenía ciertas cosas escritas y empezamos a combinarlas, ahí se armaron canciones y un concepto de álbum.
¿Cuál es tu impresión del éxito obtenido? ¿Esperabas reacciones así de positivas?
El trabajo que hicimos como álbum con Mustafá me gustó caleta, de hecho, cuando hizo el video de El niño quedé impresionado (risas). Tenía mucho miedo de cuando me enviarán el video fuese una mierda, le decía que no quería que mi nombre estuviera ligado a esa güeá… fue bacán que resultara ser absolutamente lo contrario (risas). Me sorprendió a mí y de inmediato pensé que era el tipo de resultados que quería mostrar de un trabajo hecho en Sudamérica, harta gente en Estados Unidos ve ese video y lo encuentra de una calidad increíble. Me da orgullo poder decir que trabajé con raperos sudamericanos – que para ellos puede ser una cosa como tan lejana — y tener una calidad de trabajo tan buena como esa, para demostrar algo de lo que se puede llegar a lograr.

Aún cuando no encuentres un partner con el que se genere una química de trabajo similar al del ejemplo anterior ¿Cómo ves el actual momento que vive la escena rapera local?

Creo que le falta caleta, pero principalmente falta que la gente se eduque de cómo funciona la industria musical, y más que todo ser innovador en para dónde va la industria musical. Ha cambiado mucho de cómo fue cinco años atrás y hay que pensar cómo va a ser de aquí a los próximos cinco años, es una cosa que siempre va evolucionando. Hoy en día hay muchas más cosas que antes a favor del sello o personas independientes para sacar música. Está el internet, que tiene un uso extremadamente favorable para poder promocionar y hacer llegar música a gente en diferentes países, hacer bookings de giras, etc… es cosa de meterse y hacerlo. No pensar tan localmente quizás – por lo menos es lo que me ha tocado ver a mí — mucha gente que hace rap en Chile piensa demasiado localmente, entonces se les van los humos a la cabeza por tener el disco sonando en la radio un mes por ejemplo, o por ir a cinco tocatas dentro del mes creen que ya lo hicieron; y eso es algo muy falso, sobretodo en Chile, porque creo que la escena artística es muy maricona (risas). Todos te tiran pa’ arriba, pero son los primeros en tirarte pa’ abajo (risas). Cualquier cosa pasa y ya están pisoteándote, si pueden tirarte mierda te la van a tirar al toque.
Dentro del circuito en el que te mueves supongo que más de alguna vez te han preguntado por Chile ¿Qué imagen es la que se proyecta? ¿Existe algún tipo de interés en lo que pase en el lado sur de América?

Hay mucha gente que me pregunta. Humildemente digo que le he dado una muy buena imagen a lo que se hace aquí, he hecho buenos trabajos con gente y eso los muestro siempre, a los gringos les gustan. Saben que hay una escena, saben que hay algo cocinándose, pero falta que los mismos artistas demuestren que eso se puede hacer; lo único que ha salido ahora último es la Anita y ella ha trabajando desde hace muchos años, ustedes la conocen hace caleta de tiempo  y recién ahora ha podido aprovechar el hecho de ser mujer, de ser latina, tener buen flow y tener un álbum que fue ejecutado profesionalmente. Contar con la distribución del sello Nacional Records, quienes la han apoyado muy bien en Estados Unidos, sabiendo aprovechar bien su herramienta de lo que es “Anita Tijoux” a su favor, como sello y como promoción. El poder meterla en cierto mercado y hacerla una novedad, más que tratar de meter un rapero latino… estaban tratando de meter buena música, y más encima es mujer, y más encima es rapera, y más encima es latina. Es una novedad; mucho más que ser un raperou latinou, que nos tatuemos una “L” de “Latinos”, comamos empanadas y ser todos buena onda (risas). Es buena música, en otro lenguaje, viene de un país de Sudamérica llamado Chile en el que aparentemente están pasado güeás bacanes ¿cachai? (risas). Esa es la entrada que hay que tener.


Hace poco tiempo diste vida a tu nuevo sello: Hometeam Music. Ya tenías experiencias anteriores a la cabeza de una empresa discográfica como tal ¿qué planteamientos promueve esta nueva intervención que la haga diferente de lo ya realizado? ¿Qué novedades puedes adelantar?

Esta la he tomado con más calma, no he querido lanzarlo como sello tan fuertemente en este minuto. Vamos a empezar con un proyecto que estamos terminando con un amigo que se llama Induce. La mayoría del álbum es cantando, hay muy poco rapeo dentro de él, es más tirado a la onda soul, con diferentes ritmos entre: house, funk, disco, motown, neo-soul e influencias de rap (risas) como siempre. El álbum será un joint venture entre su sello y el mío, mi involucración ha sido en términos de producción e ideas de marketing. Será lo primero que sacaremos en el 2011.

Fue interesante la realización de esta disco, porque al principio iba a ser un EP que estábamos trabajando los dos y al mismo tiempo él estaba trabajando el suyo como solista. Empezamos a realizar el disco y lo saqué un poco de su “zona cómoda” como artista, lo forcé a trabajar con diferentes ritmos y velocidades. También a cantar, él era muy tímido y haciendo todo esto se dio cuenta que no era tanto drama hacer música, era una cosa de feeling, meterse y hacerlo sin pensarlo tanto. En el transcurso que se preparaban ambos discos, se empezaron a juntar mucho los estilos de lo que hacíamos, al final unimos los trabajos y formamos un solo álbum con todo ese material que teníamos por mostrar.

A simple vista pareciera que el principal giro es desestructurar el sonido del bombo y la caja, para que brillen matices más melódicos y versátiles ¿Qué otros horizontes persigue alcanzar Hometeam Music? ¿Por qué no aprovechar la pericia conseguida hasta la fecha con el Hip Hop para dar el primer gran golpe como sello?
Mi estrategia en este minuto es trabajar bien este álbum que se viene ahora con Induce. Creo que tiene hartos accesos a público en general, porque es una mezcla entre canciones de amor, interpretaciones de soul y otras tendencias que tienen una llegada un poco más amplia de lo que ya he hecho anteriormente. Con Botánica del Jíbaro era más rapeo o instrumental, ahora esto va a llegar a gente que le gusta eso, pero también escuchan otras cosas. También a gente que no necesariamente haya escuchado mi música en un principio, quiero que se abra un poco más el espectro de público y que al mismo tiempo eso me permita conocer otros personajes para tener más campo y sacar de ahí más música. Básicamente quiero que se abran más puertas, más opciones.
Colecciono caleta de música, compro mucho vinilo, sigo como siempre buscando algo que me de diferentes inspiraciones, ritmos… de todo un poco. No todo lo que hago tiene que ser Hip Hop, pero siempre ha sido esa mi esencia y también tendrá un poco de esa esencia la música que haga.

A tu edad, hablas con absoluto conocimiento y dominio del cómo funciona la industria discográfica. Anteriormente hablamos de lo que sucede en Chile a nivel de escena y no dudaste en dar tu visión sobre la mala forma en que se está dirigiendo el timón ¿Tan malo es el estado de las cosas? ¿Imposibilita mucho el no contar con el respaldo de una industria musical?
De la escena chilena encuentro muchas cosas entre buenas y malas. Gente que saca música en mp3 para bajar de internet, regalan sus producciones y van a cada rato sacando discos tan ligeramente que – no sé si la palabra es ensuciar — desvalora mucho el trabajo musical que hacen los mismos autores. No hay una escena que se ayude el uno con el otro, no hay cultura de gente que compre música, muy pocos lo hacen; piensan que es su derecho que esté en internet y bajarla es su opción. Creo que si hubiera más escena cultural o más industria en términos que de alguna u otra forma la gente pueda pagar más por música o apoyar a ciertos artistas se podría crear más carrera. Tiene mucho que ver con que la gente se dé cuenta que se necesita esto, creo que cualquier grupo de personas puede hacer lo que quiere. Si tienes un buen equipo de trabajo –más encima en Chile, que se la gente hace bastante con mucho menos recursos— y te organizas bien, podrías hacerlo muy fácilmente; incluso irte de gira por todo Sudamérica y Europa, exportar tu trabajo, dar a conocer la identidad de tu país, pero hay muy poco de eso.
Voy a volver al ejemplo de lo que armé con Mustafá Yoda. Él – siendo que la escena en Argentina es mucho más chica que en Chile — ha viajado a Europa no sé cuántas veces, a Colombia, a Venezuela, lo han invitado a Brasil a distintos festivales… ¿por qué él ha podido hacer eso en una escena mucho más chica y en Chile, que tiene una historia y un rap mucho más rico en general, no se ha podido hacer aún algo así? Tiene que haber una razón por la cual eso no haya pasado no más, no me conformo con eso, tiene que haber un por qué. Creo que la gente acá no sabe trabajar muy bien o no se preocupa de hacerlo así.

¿Crees que esto simplemente ya no se dio?

No, siempre puede existir. La cosa es que ¿ó siguen de lo mismo o cambian la güeá? ¿ó te das cuenta de lo que está pasando o seguís haciendo lo que querai? Voy a decir algo súper drástico, pero si la misma gente se sigue chupando el pico, el círculo va a seguir en el mismo lugar. No hay una superación, me toca venir muy pocas veces a Chile y no veo una generación muy nueva de raperos músicos que estén saliendo, son los mismos nombres. No sé si ellos son los únicos que quieren hacer algo o los más nuevos no están haciendo el suficiente ruido para poder sobresalir, son pocos los nombres que me ha tocado conocer ahora último.

No sé por qué será eso, sé que hay un problema y no quiero inventar ninguna respuesta. De repente podría ser que la misma gente que está circulando se uniera para trabajar de diferentes formas, o irse de acá para conocer otras culturas, otras músicas. Está: Perú, Bolivia, Colombia, Brasil, Venezuela, Ecuador… por último allá hay más posibilidades de que les vaya bien. ¿Qué es lo que tenemos que hacer para destacar a alguien? Esperar a que al huevón le vaya bien en una escena mucho más chica que Chile para decir que la lleva.
Mustafá de la nada ha formado un sello junto a su polola y ha hecho mucho más que lo que la mayoría de la gente ha hecho acá, con menos recursos también. Más encima la inspiración de él fue la escena chilena, lo que estaba pasando en Chile con el Hip Hop; desde los freestyles, los graffitis, el rap…encontró que acá estaba la cagá, vino y todo lo que veía era Hip Hop. Volvió allá y trató de meter toda esta energía – al final la creó sólo – pero imagínate que si uno viene para acá y absorbe todo, te vas y dejas la cagá… pero en el país de dónde vino esto aún no sale. Muy pocos han salido de Chile, creo que ahora ya se está armando algo con las conexiones de gente como Anita Tijoux o Bitman, pero son pocos los casos de los que han podido hacer cosas, al menos que traten de hacer algo que es lo bueno. No necesariamente tienes que ser mundialmente reconocido, pero que por lo menos te cachen es algo, o que si alguien te contacta porque quiere trabajar contigo también es una buena cosa.

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